Estamos plagados de satisfactores que en el día a día nos llenan de más y nuevas insatisfacciones siendo preciso aprender a satisfacernos con todo lo mucho que ya de por sí tenemos.
Una perla cotidiana nos recuerda que, “nuestra civilización no suprimió la barbarie, simplemente la perfeccionó y difuminó hasta hacerla más cruel y bárbara.
Cuentan que en una cotidianidad le preguntaron al economista al respecto del consumismo a lo que este respondió: – hay que dejar de llamar vivir bien a la capacidad de consumir, ya que ello solo nos esta consumiendo.
El Texto de Textos nos revela en I de Corintios 2:9, “cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que el Creador ha preparado para los que le aman”.