18/Dom 11 de Dic – 22 (5783)

¿Bestias? 

El Texto de Textos nos revela en Apocalipsis 14:1, “después miré, y he aquí el Cordero estaba en pie sobre el monte de Sion, y con él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de él y el de su Padre escrito en la frente”.

Algunas personas actúan inconscientemente como bestias b’hemah, tanto, que hasta adoran conscientemente ese tipo de escenarios asociándose así a la famosa cifra del 666, número que sin embargo degradado a un digito es igual a 9 y que tras una visión negativa se cree reproduce una vibración inferior, que conlleva la lucha en la búsqueda de ser aceptados, valorados, amados y reconocidos por los demás. Más siempre hay otros ángulos para observar las cosas, por ello el mismo libro del Apocalipsis, que establece en 144.000 a los redimidos nos denota que al degradar dicha cifra a un digito este es igual a 9, invitación a que nos quitemos esa marca de la frente y nos sepamos hijos del Creador.

Por lo cual quienes se destaquen, cumplan a la perfección dichos designios, entregándose sin límites, atendiendo a dicha dimensión divina, ilimitada e infinita reciben la protección del Creador encontrándose con todo aquello que va más allá de estas simbologías y sus imaginarios en donde el nueve nos incentiva hacia esa conciencia más elevada y crítica, siendo indispensable para ello que esas búsquedas espirituales vayan más allá del reconocimiento y el poder de algo o de alguien para profundizar en todo aquello que logre dejar a un lado nuestras fallas e imperfecciones paridas desde lo simbólico.

Perspectivas que nos llevan a estudiar otra simbología en donde el nueve no es solo ese ermitaño que con su prudencia, sabiduría y soledad, nos llama a alcanzar esos niveles elevados sino en donde debemos reconectarnos con el universo celestial y sus constelaciones, aceptando que todo nos afecta, ya que hacemos parte integral de este universo en donde debemos propender por la armónica coordinación de nuestros seres y emociones buscando siempre ser más generosos usando nuestros dones y creatividad para acercarnos a Él a través de dicha sabiduría divina. 

Los estudiosos de la gematria afirman que el nueve es el único número de la escala que contiene las vibraciones de todos los demás, lo que nos lleva a deducir que allí hay un compendio de lo mejor y lo peor de las características de cada ser, por lo cual de lo que se trata es que todos nuestros saberes sean útiles gracias a que somos capaces de comprender que nuestros diarios comportamientos nos van formando, por lo cual en vez de infectarnos buscamos afectar fraternalmente la vidas de las de otras personas.  

Quizá si nos aferramos más al Creador y menos a una serie de creencias complejas que incluso nos incitan a darle más preponderancia al lado oscuro de nuestras búsquedas personales que a la luz del Creador, lo cual domina nuestras coexistencias, las cosas no solo cambiarán sino que entenderemos todas las verdades que a través de signos, símbolos y de la Palabra del Creador con sus preceptos nos motivan a amarnos como lo que somos: hijos de Él así cada signo, símbolo, imaginario o número nos ratificará ello. 

El Texto de Textos nos revela en Romanos 9:17, “porque la Escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado por toda la tierra. 18 De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece”.

Oremos para que sea la sabiduría divina la que guie nuestras vidas. 

18/Dom 11 de Dic – 22 (5783)
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