Mi Cábala – 17/Dom 8 de Enero – 23 (5783)
¿Señales?
El Texto de Textos nos revela en II de Crónicas 32:24, “en aquellos días Ezequías cayó enfermo de muerte; y oró al Creador, y Él le habló y le dio una señal”.
Lo que observamos a nuestro alrededor puede ofrecernos una manifestación de lo divino ya que este mundo es una réplica de otros niveles o dimensiones superiores que simplemente describimos como espirituales y de los cuales solo especulamos desconociendo de ellos, debido a nuestras imposibilidades perceptivas y lingüísticas, más esa lejanía de Él cumple el propósito de reconocerle y reintegrarnos voluntariamente y así complementar su unidad infinita. Propuesta que podemos resumir en amarnos, intentando a través de ese vínculo integrarnos a nuestros próximos.
Amor del que nos habla Jesucristo como principio de todo. Por lo cual algunos estudiosos dicen que la primera letra del alfabeto hebreo es א y la última letra es ת y juntas, crean la palabra et, את, que aunque aparece miles de veces en la Biblia, no tiene una traducción literal por lo cual las reflexiones al respecto consideran que de acuerdo a esos criterios desde ese concepto ya estaba implícito nuestro Señor Jesucristo quien, como et, se refiere a sí mismo como el Alfa y la Omega.
Bajo ese criterio al hablar de manifestación no solo debemos pensar en algo que se nos muestra, que es evidente, se nos revela o sale al descubierto, sino también en reconocernos a través de esa Luz, la que nos dejo Jesucristo para entender nuestra realidad desde otra lógica. La palabra, manifestación, nos está indicando que una cosa es a través de otra, una especie de proyección: revelación con la que logramos un conocimiento directo, pasando del sentido abstracto de nuestras mentes y palabras a una realidad espiritual.
Asimilar estos aspectos de nuestra realidad nos lleva a que tras altibajos nos reconozcamos y ascendamos sanando nuestro pecado, el mismo que a su vez nos aparta generando una forma tradicional de pensamiento que regularmente nos distrae. Así que cada manifestación, una vez asimilada debe llevarnos a ese camino: a iluminarnos con sus pequeños destellos para despertar así a las revelaciones de nuestro Creador. Las mismas que aunque parecen decodificadas podemos descifrar a través del amor.
Es Jesucristo, et, quien como Palabra de Vida ha estado desde antes del principio iluminando nuestros senderos, sin embargo nosotros embebidos en conceptos lingüísticos confusos y distracciones mercantiles no atendemos todas esas manifestaciones y revelaciones divinas, que simplemente están allí motivándonos a acercarnos más y más al Creador a través del amor, ese que como vinculo perfecto nace de nuestros corazones y debe irradiar todos nuestros entornos y relaciones.
El Texto de Textos nos revela en I de Juan 4:12, “nadie ha visto jamás al Creador. Si nos amamos unos a otros, el Creador permanece en nosotros, y su amor se ha perfeccionado en nosotros. 13 En esto conocemos que permanecemos en él, y él en nosotros, en que nos ha dado de su Espíritu”.
Oremos para que seamos capaces de entender las permanentes manifestaciones del Creador.