Mi kabbala – 1 Shevat 5784 – viernes 12 de enero del 2024

Iluminados?

El Texto de Textos nos revela en I de Reyes 19:12, “Después del terremoto, un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego. Y después del fuego, el susurro de una brisa apacible. 13 Y sucedió que cuando Elías lo oyó, se cubrió el rostro con su manto, y salió y se puso a la entrada de la cueva. Y he aquí, una voz vino a él y le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías? 14 Y él respondió: He tenido mucho celo por el Creador, Señor de los ejércitos; porque los hijos de Israel han abandonado tu pacto, han derribado tus altares y han matado a espada a tus profetas”.

Se entiende como Luz אור, no solo aquello que ilumina nuestros entornos sino todo lo que constituye al universo y por ende, todo aquello que llena nuestras existencias fruto de dicha energía que en el fondo contiene Su Palabra y que nosotros entendemos como creatividad, la cual irradia nuestras relaciones, haciéndonos seres de luz para que dicha energía espiritual nos denote nuestra conexión con el todo, lo cual se manifiesta a través de nuestras interacciones armónicas y fraternales para que fluya en nosotros ese sentido de unidad con mayor claridad interior y así poder aislarnos de esa realidad material oscura.

Estamos presos de este mundo producto de nuestra lejanía y desconexión con esa Luz Divina, sombras que no nos permiten reconocer Su Espíritu, dejando nuestra alma aislada en nuestras mentes, reproduciendo una realidad que poco interactúa con lo espiritual, afortunadamente en lo físico también se nos llama la atención para comprender nuestra identidad, así es como el mismo iris de nuestros ojos o la huella dactilar, nos habla de esa identidad aunque preferimos alejarnos de esa esencia que nos hace únicos e irremplazables: hijos del Creador, suponiéndonos indignos materialmente de compartir esta creación desintegrándonos así de su esencia y de esa unidad, ejad אֶחָד ekjád.

La tarea voluntaria diaria es por lo tanto, buscar esos niveles de iluminación en vez de dejamos guiar por otras luces que con sus fluidos nos parecen más atractivos, interconectándonos a luminarias artificiales que como el mismo sol solo son reflejos de esa luz Divina, recordemos que todo nos habla de nuestra esencia y coexistencias espirituales, pero alejados de ese brillo divino evitamos percibimos así afectándonos en nuestras oscuridades y con ello a nuestra alma, nephesh נֶ֫פֶשׁ ‎nép̄eš. 

Cuando se habla de un despertar espiritual de abrir nuestra mirada  y ver Ra`ah רָאָה, se nos pide integrarnos a nuestros entornos y ello se debe traducir en una vida que nos motive a alcanzar una nueva dimensión interior, la cual debe irradiarse en los otros para que esos espacios también descubran esa posibilidad de experimentar de dicha divinidad, que no es otra cosa que encontrar el auténtico sentido de nuestras existencias y con ello el propósito de nuestra relación con todos los seres que también forman parte de este universo.

סול Saulo, Pablo, como apóstol, nos presenta esas manifestaciones de Luz que debemos convertir incluso en revelaciones a medida que aprendemos a descubrir todo aquello que siendo obvio, no percibimos, simplemente porque estamos desconectados e incomunicados de esa entidad que al calificarla como sobrenatural, la alejamos más y más de nuestras existencias. Incluso quienes hablan de Nirvana más allá de su visión sánscrita nos invitan también a experimentar ese estado de iluminación divino que se alcanza gracias a una interiorización que logra su punto máximo fruto de la oración.

El Texto de Textos nos revela en Juan 14:26, “Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, El os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho”.

Oremos para que sea el Creador y su palabra el que ilumine nuestra vida espiritual.

Mi kabbala – 1 Shevat 5784 – viernes 12 de enero del 2024
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