Mi kabbala – 1 Sivan – viernes 7 de junio del 2024.
¿Soledad?
El Texto de Textos nos revela en Genesis 2:18, “Y el Creador el Señor dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea”.
La palabra Hitbodedút, התבודדות, deriva de la raíz Hebrea bod, que significa separado o solo, invitación para reflexionar a solar, separándonos de la gente y de las actividades durante un periodo de tiempo con la finalidad de dirigir la atención hacia adentro, por ende, este término nos llama a sacar tiempos para en privado orar y dialogar con uno mismo y el Creador buscando transformarnos, lo que no quiere decir el hacernos ermitaños, sino simplemente el apartarnos de las presiones de la vida con regularidad y constancia, para retornar a ellas desde una posición más fuerte, clarificando los objetivos y desarrollando una manera más efectiva de alcanzarlos una vez nos llenemos de Él gracias a la oración.
El objetivo de la oración más allá de relajarnos fruto de confiar más en Él debe convertirse en ese estado deseable en donde nos reencontramos, sabiéndonos siempre con Él nuestro amoroso Padre Celestial, obteniendo esa calma y tranquilidad mental, que solo se logra cuando entendemos esos espacios de oración como los mejores momentos del día en donde dicha preparación y aquietamiento total, nos permite una nueva postura frente a la vida. Meditación necesaria para sabernos sobre todo parte de Él para no seguir aparte degustando así a cada instante de un nuevo amanecer, en donde debemos reconocer la verdad, שַחָר, shajar, de nuestra eterna realidad.
Orar, tefilá o להתפלל rezar, implica una profunda comunicación en donde alcanzamos la contemplación de una vida distinta, gracias a que nos sentimos confiados en nuestro padre, reconectados con Él, sintiéndonos en paz ya que de Él depende nuestra transformación personal integral. Oración a solas que nos invita además a lograr gracias a esos espacios diarios en privado con nosotros mismos, ser mejores seres humanos, clarificando a través de esas reflexiones los verdaderos objetivos de nuestras vidas, desarrollando también a través de ese tiempo con el Creador una manera más efectiva de alcanzarlos.
Sacar esos tiempos personales para trabajar sobre uno mismo, es quizá una de las tareas más importantes que nos deberíamos imponer para que incluso nuestras futuras palabras y los pensamientos que estas desencadenan estén conforme a la Palabra del Creador, la cual también debemos leer y releer en estos reencuentros diarios con nosotros y con Él. Hablando más que con nosotros mismos, con el Creador quien no necesita de nuestras palabras, lo que no quiere decir que no podamos alabarle en voz alta, siendo ese nuestro anhelo de agradecerle y exaltarle, toda una manera de superar los obstáculos y lograr a través de Salmos Telhillim, תְּהִילִים, alabanzas, el agradecerle por todo y por todos.
Josue, יִשְׂרָאֵל, nos reitera que nuestras palabras actualizan nuestras potencialidades, fomentando también nuestra esperanza y los deseos de estar más cerca de Él, intenciones que transforman incluso nuestras ideas egoístas, lo cual nos lleva a pensamientos prácticos y la realización de acciones serviciales y fraternales. No hay mejor canal de acercarnos al Creador que orando, arrodillarnos y relajarnos para Él, respirando su hálito, aquietando nuestra mente para observarnos a nosotros mismos, repensándonos respecto de nuestro comportamiento general y las actividades que debemos desarrollar para ser mejores.
El Texto de Textos nos revela en Juan 14:18, “No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros”.
Oremos más para así estar más tiempo a solas con nuestro Creador.