Mi Kabbala – 13 Adar 5784 – jueves 22 de febrero del 2024

¿Cabellos?

El Texto de Textos nos revela en Jueces 16:17, “Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo del Creador desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres”.

La pei פֵּא es la decimoséptima letra del alfabeto hebreo y para algunos hace referencia a nuestra boca la cual cumple con funciones muy importantes para nuestro ser, que da cobertura a nuestra lengua llamándonos a cuidar de este órgano, que no tiene vellosidades que la cubran y quizá por ello nos genera ligerezas verbales, lo importante es que la misma Torá nos recomienda en diferentes apartes el tener cuidado con nuestra lengua a la vez con nuestros cabellos, el no contarles de algunos lugares, mitzvá para algunos Judíos que según sus relecturas, nos pueden llevar a sesgos o hasta la idolatría si perdemos de vista todo lo que implica desde la antigüedad el rasurarnos.

Desde esa otra mirada también el cabello, la barba y otras vellosidades afectan algo más que nuestra apariencia, por lo cual el mismo texto insiste en algunos versículos en preservar cierta postura y apariencia física acorde incluso a comprender que el Creador nos doto de un cuerpo, templo para su Espíritu, al cual debemos proteger y cuidar, costumbre de la cual derivan según algunos estudiosos judíos los diferentes estilos de las peiot, פֵּאָה, que se extienden desde la frente hasta detrás de las orejas o la sien, dándoles forma de bucles.

La barba sin embargo al unir nuestra boca con el corazón se cree nos invita a hablar más desde allí, desde el alma, creencia que incluye para algunos la invitación para que las damas como Maljut, o vasijas, usen un velo sobre su cabello. De acuerdo a esta visión Zeir Anpin,  זְעֵיר אַנפִּין, o el que pasa la Luz y la energía, por lo cual el cabello de una mujer se refleja en la cabeza, mientras que el de un hombre en su barba, partes de la cabeza que actúan como conductos para la Luz divina, así que al cubrirnos el pelo de la cabeza, la mujer está manejando ésta energía, conteniéndola y cuidándola para su familia.

Cuando no se cubre el cabello, esta energía puede escapar o llegar a ser inmanejable trayendo desafíos para ella. Incluso por ello cuando un hombre judío y una mujer se casan, sus Neshamot,  נְשָׁמָה, almas, se convierten en uno y crean un sistema completo, tradición en la que puede llevarnos a comprender que el hombre atrae la luz del universo, y la mujer es el recipiente hacia donde esta Luz va, para ella, para su marido y para los hijos que tienen juntos. Así que ella maneja apartes de esa energía, a través de su cabello.

Atendiendo o no estos significados al respecto del cabello שיער o reconociendo o no la importancia de los nazareos, nazir, puestos aparte o consagrados al Señor, que pareciera ser exclusivo de las creencias judías, ya que para muchas civilizaciones ancestrales es necesario mantener el pelo largo, los creyentes podemos encontrar otro tipo de significado excepcionales y especiales más allá de las palabras entendiendo que cada pelo de nuestro cabello le pertenece, al ser una extensión del alma, por lo cual todas esas sus costumbres como el mismo cabello trenzado que simboliza la unión con el infinito nos llevan a ver incluso en el cabello esa la libertad plena de sabernos parte integral del flujo de la vida.

El Texto de Textos nos revela en Apocalipsis 1:14, “su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego; 15 y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas”.

Oremos para que todo nuestro ser denote nuestra Fe hacia el Creador.

Mi Kabbala – 13 Adar 5784 – jueves 22 de febrero del 2024
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