Mi Kabbala – 18 Shevat 5784 – Lunes 29 de enero del 2024
¿Llenos?
El Texto de Textos nos revela en I de Reyes 8:10, “y sucedió que cuando los sacerdotes salieron del lugar santo, la nube llenó la casa del Creador”.
Para algunos estudiosos el universo fue producto de una expansión lo cual se explica como una contracción de nuestro Creador, un Tsitsumim, restricción, una disminución gradual de la luz divina y una adaptación a la capacidad de recepción de los seres creados, Avir, אוויר relleno que nos permite ser al darnos en sì mismo un espacio para nuestra coexistencia voluntaria, lo que incluso la ciencia reconoce como vacío. Ausencia de Su plena energía o Luz divina dejándonos en una especie de recipiente que recoge dicha luz y la transforma y que desde nuestro cuerpo significa que a medida que ese deseo supremo nos guía nos llenamos de esa Luz infinita complementándonos y retroalimentándonos.
Teoría que a su vez nos lleva a comprender de alguna forma lo que reconocemos como nuestro vacío existencial que aunque tiene bastantes e importantes explicaciones históricas desde diferentes ciencias y filosofías, no es más que nuestra ausencia consciente de esa Luz Divina y todo lo que ella significa. La misma Biblia nos recuerda que estamos separados voluntariamente de Él, pero a la vez que debemos reenfocar todos nuestros esfuerzos para acercarnos a sus manifestaciones y así ir llenando lentamente ese vacío interior al integrarnos a ese solo deseo con el cual finiquita esas intenciones egoísta que solo inflan equivocadamente nuestra vanidad תֹּ֫הוּ tóju.
Debe quedarnos claro entonces que físicamente no es factible llenar ese vacío, hebel הֶבֶל y aún más que improbable que podamos aproximarnos en este cuerpo material al Creador, más ello no quiere decir que debemos seguir aislándonos cada vez más de Él y su obra, distrayéndonos como lo hacemos con una serie de luces artificiales que mantienen nuestra atención en las cosas del mundo. Distracciones y distorsiones que no nos permiten ascender a esa dimensión lumínica o por lo menos elevar nuestros pensamientos para reconectarnos con nuestra esencia y así a dicho universo celestial.
En términos simples ese universo vacío al que tanto hacemos referencia no es otra cosa que un llamado que tenemos inconscientemente para dejar de suponernos excluidos o separados y atendiendo las misteriosas manifestaciones del Creador desde nuestro lenguaje limitado, nos permitamos reordenar y reorientar nuestros fragmentos de vida proyectándonos como lo que somos: hijos del Creador, logrando así que nuestras vivencias y experiencias e interrelaciones cotidianas, sean coherentes a dichos propósitos para llenarnos, מָלֵא malé, de esa Su Luz y palabra.
Devora דְּבוֹרָה, como mujer trabajadora nos llama a mantenernos pendientes de las manifestaciones del Creador gracias a la guía del Espíritu Santo el cual nos van llenando y acercando paulatinamente a nuestra propia esencia. No perdamos de vista que todo ascenso en lo que respecta a nuestro ser se debe iniciar con un descenso que parte de nuestra interioridad, lo que quiere decir que humildemente nuestra esencia interior está estrechamente conectada con ese universo o luz exterior que es nuestro Creador lo cual hace que sea necesario llenar conscientemente con Él nuestro vacío interior existencial.
El Texto de Textos nos revela en Juan 14:1, “no se turbe vuestro corazón; creed en el Eterno, creed también en mí”.
Oremos para que cada oración nos llene de Él.