Mi kabbala – 19 Iyar – domingo 26 de mayo del 2024.
¿33?
El Texto de Textos nos revela en Ezequiel 44:23, “Enseñarán a mi pueblo a discernir entre lo sagrado y lo profano, y harán que ellos sepan distinguir entre lo inmundo y lo limpio”.
El numero 33 tiene grandes enseñanzas para quienes así las quieren recibir, los estudiosos sugieren que según el valor numérico de esas letras hebreas, L = 30 y G = 3, que suman lag = 33, se proyecta una fecha que corresponde al 18 del mes de Iiar, Lag Baómer que como día 33 interrumpe el duelo de estos días para el pueblo Judío para que cada hijo lleve al Templo el primer día de Pesaj su ofrenda. Visión que algunos creyentes con analogías interpretan desde la lectura del Mesías, no solo por sus años en la tierra, sino por la resurrección y su mensaje de salvación que se articulan a la palabra hebrea ómer, עֹ֫מֶר, como pequeño manojo de espigas, para reconfirmar con dichos significantes ese estatus.
Y aunque es claro que para el pueblo Judío esta fecha solo rinde homenaje al Rabí Shimón, podemos visionar los creyentes desde la Torá otra enseñanza, fruto de la oralidad, la cual hace que el mensaje del Creador no se pueda someter solo al entendimiento e interpretación sino también a profecías en donde la transmisión del mensaje supera los efectos de los intercambios culturales y de la trascripción de la Palabra que proyectan algunas traducciones, indicándonos que no hay variaciones de forma, lo que nos lleva a gracias al Espíritu Santo y a la oración a que nos dejemos guiar tras esos propósitos de salir de este plano bajo, תָּ֫חַת, tákjat, para ascender a nuestro estadio original.
La tradición Judía le da a Rabí Shimón, como discípulo más prominente de Rabí Akiva, la debida autenticidad de esa cadena de transmisión de la Torá, que en su oralidad mantuvo las lecciones de todos esos ancestros que con sus enseñanzas, han perpetuado que el pueblo Judío siga orientándose por la Palabra del Creador, desentrabando por parte de estos maestros los secretos de sus dimensiones y misterios. Enseñanzas que sirvieron posteriormente como la base del Zohar, זהר esplendor, el principal libro de cábala, que en su contenido proyecta incluso esos aspectos ocultos de la Torá.
Enseñanzas que los creyentes recibimos también del Espíritu Santo y que gracias a la oración nos permiten comprender mejor incluso las parábolas Bíblicas así como otros aspectos que se articulan con la cábala, la gematria o los aportes de los apóstoles en el Nuevo Testamento para hilvanar las parábolas de nuestro Señor Jesucristo, quien durante sus 33 años en este tierra nos reconfirmo todas esas enseñanzas y profecías a la vez que nos denoto que Él como ofrenda perfecta es nuestra redención, גָּאַל, gaal, nuestro salvador.
Simeón, שִׁמְעוֹן, como hijo de Jacob nos llama a tener una mirada general que nos invita a que valoremos a nuestros maestros y más a los que nos guían en el estudio de la Biblia, dándoles la importancia que merecen, lo cual no solo hacemos al prestarle atención a sus recomendaciones y lecciones, sino también al colocar estas en práctica, agradeciéndoles así por todos sus esfuerzos y el guiarnos. Lo que se complementa y nos debe motivar más irradiando en nuestros entornos la visión de seguir a nuestro Señor Jesucristo como el maestro de maestros, alejando además nuestras mentes todo aquello que no nos es útil.
El Texto de Textos nos revela en Hechos 18:25, “Este había sido instruido en el camino del Señor, y siendo ferviente de espíritu, hablaba y enseñaba con exactitud las cosas referentes a Jesús, aunque sólo conocía el bautismo de Juan”.
Oremos para que cada día tengamos mas predicadores de la Palabra.