Mi kabbala – 25 de Adar II -5784 / jueves 4 de abril del 2024

¿Especiales?

El Texto de Textos nos revela en Números 19:20, “Y el que fuere inmundo, y no se purificare, la tal persona será cortada de entre la congregación, por cuanto contaminó el tabernáculo de Jehová; no fue rociada sobre él el agua de la purificación; es inmundo”.

Nos cuesta mucho reconocernos como hijos del Creador y más aún el interpretar todo lo que ello significa, especialmente cuando estamos velados por un mundo interior oscuro que solo nos permite percibir parte de lo material con sus impurezas desconociendo buena parte de todo, incluso de lo físico que nos rodea. Es por ello que necesitamos limpiarnos, טָהֵר tajér, no solo del polvo y mugre que se adhiere a nuestra piel, sino de aquello que tanto mental como espiritualmente nos aleja de esa dimensión que tanto desatendemos, pero en la que más deberíamos trabajar como propósito existencial.

Búsqueda que nos debe llevar a espacios de reflexión y crecimiento, para que atendiendo a los Sabios Judíos quizá visionemos en Adar אֲדָר, antes de Purim y hasta el Pesaj, cuatro shabatot especiales para que además de la parashá, correspondiente al Shabat, releamos porciones de la Torá tales como Maftir, logrando con estas cuatro jornadas especiales: Shabat Shekalim, el Shabat Zajor, el Shabat Pará y el Shabat haJodesh, reencontrarnos con esa oportunidad de ir preparándonos espiritualmente no solo para las celebraciones de Purim y de Pesaj sino para estar cada vez más cerca del Creador.

En estos shabatot, después del maftir מפטיר especial, en lugar de leer la haftará correspondiente a la parashá semanal, se lee una haftará diferente, relacionada con el ese maftir. En Shabat Pará, que es posterior a Purim, o sea tres semanas antes de Pesaj y la semana anterior a Shabat haJodesh, se lee la sección de la Torá en donde el maftir es Bamidvar, una parte de parashat Jukat que para ese caso, habla sobre el sacrificio de la Pará adumá פָּרָה אֲדֻמָּה o la vaca roja, cuyas cenizas se utilizaban para la purificación y que como creyentes nos llama simplemente a buscar cada vez más nuestra pureza.

Hay diversas leyes al respecto de la purificación, que en aquel entonces eran necesarias para las personas que estuvieron en contacto con un cuerpo muerto, como requisito indispensable para poder entrar al Beit haMikdash  בית המקדש y ofrecer el Korban Pesaj, קָרְבָּן‎ el cordero ofrecido como sacrificio en Pesaj, siendo además una norma básica de higiene, que incluso les preservó de enfermedades y la diseminación de plagas. Enseñanza que además nos denota como creyentes que debemos purificarnos permanentemente revisando nuestros actos y evaluando el cumplimiento de sus mandatos hasta acercarnos más al Creador gracias a los insumos que nos ofrece su Palabra.

Mucho se habla de Daniel pero muy poco de Sadrac, Ananías שַׁדְרַךְ, Mesac, Misael, מיסאל y Azarias, Abed-Nego, עזריה, quienes nos denotan que todos los días son especiales y por ende deberíamos sacar un espacio en nuestras rutinas y estar prestos para sabernos hijos del Creador y por lo tanto útiles a su obra, oraciones que cada vez deberían ser más intensas, en donde nos permitamos colocar en práctica sus preceptos y mandatos sabiendo necesario el purificarnos, más que con ritos o actos especiales, con reflexiones y acciones, que nos inviten a una vida más fraternal y servicial en donde le aportemos a nuestros próximos de esa espiritualidad y no les contagiemos de nuestras impurezas. 

El Texto de Textos nos revela I de Tesalonicenses 4:7, “Porque el Creador no nos ha llamado a impureza, sino a santificación”.

Oremos para que cada día estemos más puros y cerca del Creador.

Mi kabbala – 25 de Adar II -5784 / jueves 4 de abril del 2024
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