Mi kabbala – 26 Adar 5784 – miércoles 6 de marzo del 2024

¿León?

El Texto de Textos nos revela en I de Samuel 17:37, “Tu siervo ha matado tanto al león como al oso; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Dios viviente”

Cada letra de la Biblia original Hebrea está plagada de pequeñas expresiones que regularmente pasamos por alto pese a que ellas nos permiten hilar con más claridad toda una realidad en donde el Creador debe ser nuestro único Rey y Señor, sabiéndonos por ende parta de su rebaño, lo que nos debe llevar a que le alabemos, exaltemos, amemos y obedezcamos, sin embargo todo parece indicar que eso es lo que más nos cuesta hacer y lo que menos nos interesa, siendo necesario estudiar, למד, su Palabra haciéndonos talmidim, que viene de la raíz LMD, discípulos al dedicar nuestras vidas a aprender de Él.

La Biblia hebrea tiene seis palabras diferentes para hablarnos del león, לָבִיא, labiy: arieh, lavi, kfir, laish, shahal, shahaz y cada una de ellas se refiere a una etapa diferente de la prolongada vida de este animal, término que llevado a nuestras confusas traducciones solo nos debe indicar que estamos a la espera de nuestro verdadero Rey, ya no como ser de carne y hueso que se sacrificó y pago por nuestros pecados para salvarnos y rescatarnos, sino como ese ser que todos anhelamos y al que le debemos toda nuestra de gratitud por ende como discípulos debemos alabarle con nuestros cantos.

Tengamos en cuenta como creyentes, que su Santo Espíritu está en nuestro cuerpo que como templo, הֵיכַל, hekal, nos permite acercarnos a Él, eso sí teniendo en cuenta que, así como el templo original estaba lleno de minuciosos detalles en cuanto a su estructura, en su piso solo había arena símbolo que aquí estamos de paso. Por lo cual, estamos llamados a amar y ello se expresa en el servicio que tengamos para con nuestros próximos, entendiendo que somos seres de relaciones en donde el amor es nuestro vinculo perfecto, lo cual nos llena de la paz en el corazón para vivir en armonía y así alabar y agradecer por la manifestación más grande que podemos denotar en ese fluir.

Probablemente por ello algunos patriarcas como el mismo rey Josafat nos invitan como discípulos a que frente a diversos peligros como los ejércitos enemigos feroces, debamos atender a esos Levitas y cantar, lo que a todas luces parece algo suicida, sin embargo fue esa táctica la que les funcionó a estos, ya que cuando ellos empezaron a alabar los amonitas y moabitas confundidos atacaron a los de Seír, hasta que acabaron con todos y luego se mataron entre sí. Acto que por ende se traduce gracias a la palabra עֹז, Oz, fortaleza, en que nunca olvidemos que nuestra fuerza esta la alabanza, en la oración.

No es gratuito que David fuera cantor, רָנַַן ranan y que este como pastor represente además a un rey que como león se enfrentó a sus rivales, no tanto con la fuerza de sus músculos, como sí con la de su alma, que unida al Espíritu del Creador lo convirtió en todo un héroe capaz de enfrentar a todos los depredadores y seres temidos. Mirada que llevada a la visión de Jacob y de la tribu de Judá y a sus reyes, nos permite esperar hoy el retorno del Rey de Reyes, un hombre con corazón de león, sí, el León de la tribu de Judá: nuestro Señor Jesucristo.

El Texto de Textos nos revela en Hebreos 11:33, “quienes por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia, obtuvieron promesas, cerraron bocas de leones”.

Oremos para que de nuestro ser solo salgan alabanzas.

Mi kabbala – 26 Adar 5784 – miércoles 6 de marzo del 2024
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