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Mi kabbala – 26 Iyar – domingo 2 de junio del 2024.

¿Escrituras?

El Texto de Textos nos revela en Génesis 28:13, “Y he aquí, Jehová estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová, el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia”.

Cuando en la Biblia se nos habla de Israel o de Jerusalén, יְרוּשָׁלַיִם‎, visionamos en algunos momentos un lugar físico quizá por ello estos mismos textos nos hablan de una nueva Jerusalén, para lo cual se hace una descripción simbólica que nos debe motivar como creyentes ya no a ver ese lugar dentro del mundo sino incluso a esa novia o esposa del Cordero: su iglesia. Escenario en donde nosotros nos reuniremos e integremos a Él en ese cielo nuevo eterno en donde estaremos pronto y en la cual hoy los ángeles vigilan sus puertas, las cuales se afirman, son en forma de cubo para reencontrarnos como discípulos.

Conceptos que parecen complejos de comprender, tanto o más como el que nos reitera que fue al pueblo Judío al que se le entregó dicha tierra prometida por el mismo Creador a través incluso de las Sagradas Escrituras, las cuales como Texto Sagrado demuestran ello y hasta delimitan sus fronteras a través de un territorio físico que ha sido peleado por años y que parece haberse perdido fruto de la esclavitud de Egipcio pero que por ser otorgado por el mismo Creador les llama a retornar a Canaán a través de un proceso trasformador que para todos los creyentes implica el retorno a nuestro Edén, גַּן־עֵדֶן‎, la nueva Jerusalén.

Israel, ישׂראל, Yisra’el, es más que el pueblo que lucha con el Creador, es su escogiso gracias a un llamado que no solo tiene que ver con poseer esa tierra, de la cual históricamente se les ha sacado, tanto que solo en mayo de 1948 se les permitió por un acuerdo de paz cierta independencia allí, sino el preservar sus mandatos, allí, lo que implica que al conmemorar en el Monte Herzl, en Jerusalén, a ese territorio de Israel, se nos esta indicando que como el patriarca Jacob, debemos pelear con el ángel camino de Betel, para lograr adueñarnos de sus promesas divinas gracias a un pacto.

Perspectiva que incluye para el pueblo Judío una diáspora en donde ellos no solo deben retornar de todo el mundo hacia su tierra prometida, sino además que Jerusalén como capital de Israel volverá a tener su templo,  הֵיכַל, hekal, propuesta que aún no se ha logrado y que implicaría un verdadero conflicto entre varias naciones que como palestina no reconocen el Estado de Israel como nación, sin embargo esa es la promesa la cual nos denota incluso la segunda venida de nuestro Señor Jesucristo a la tierra a los creyentes.

Por ello se cree que esas piedras de la actual ciudad, servirán de fundamento incluso de la Nueva Jerusalén y nos recuerdan también que hemos sido edificados sobre doce apóstoles que con el gobierno del Creador, mostrarán a todos los seres vivos el reinado de nuestro Señor Jesucristo y sus bendiciones para una humanidad, que aun hoy se comporta como Jacob: peleándose para alejarse de sus pecados y construir una relación directa con su amoroso Padre Celestial, el cual solo quiere limpiar nuestras lagrimas sino a la vez llenarnos de felicidad, olvidando así la disputa que como tribus, שבט y no hijos seguimos teniendo.

El Texto de Textos nos revela en Apocalipsis 21:22, “No vi ningún templo en la ciudad, porque el Señor Dios Todopoderoso y el Cordero son su templo. 23 La ciudad no necesita ni sol ni luna que la alumbren, porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera. 24 Las naciones caminarán a la luz de la ciudad, y los reyes de la tierra le entregarán sus espléndidas riquezas. 25 Sus puertas estarán abiertas todo el día, pues allí no habrá noche. 26 Y llevarán a ella todas las riquezas[f] y el honor de las naciones. 

Oremos para que el reinado del Mesías llegue ya.