Mi Kabbala – Adar 24, 5783/Jueves 16 de Marzo del 2023.
¿Juicio?
El Texto de Textos nos revela en Deuteronomio 7:16, “Y consumirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Creador; no los perdonará tu ojo, ni servirás a sus dioses, porque te será tropiezo”.
La Biblia comienza hablándonos de la Creación del universo y cómo todo se hizo a través de la Palabra de nuestro Creador, quien pronunció una orden y las cosas simplemente se hicieron realidad. Nada existía todavía y en el oscuro, vacío, su voz repentinamente exclama, iehi or, יְהִי אוֹר: ¡Que se haga la luz! e instantáneamente, una explosión de luz irrumpe la oscuridad cósmica y el espacio se ilumina y durante los siguientes seis días, Él continúa creando a través de sus palabras: decretando.
Sin embargo esa misma narración nos habla de la desobediencia del hombre después de que fuere creado y desde allí el mensaje del Texto no es tan esperanzador como quisiéramos, todo producto de nuestro pecado y de la lejanía de recrearnos en esa Palabra para hacerlo sobre las nuestras, que son lógicamente limitadas, por lo cual, debemos vivir en medio de ese nuestro confuso y finito lenguaje. Es por ello, que todo el tiempo incluso a través de los profetas el mensaje ha sido el mismo y tiene que ver con arrepentirnos o de lo contrario, someternos un día al juicio final.
Quizá por ello algunas personas nos hablan del ojo del Creador el cual ahora nos observa y juzga con misericordia, mientras espera nos acogemos a su palabra. Ojo, ayin, עין, que no es solo un órgano físico sino que puede representar un contexto más profundo y que en todo su simbolismo original nos invita a mirar muy bien nuestras palabras, pensamientos y actos intentando que sea la Luz del Creador la que ilumine nuestras oscuridades para así no seguir conviviendo con nuestros pecados.
Hay un tribunal que nos enjuiciará y para el cual su condena parece no puede compararse siquiera con el exilio del pueblo Hebreo que siendo doloroso y prolongado no logrará menguar el castigo y la dispersión que ese pueblo tuvo que sufrir y nosotros igualmente por nuestro pecado, debiendo ser nuestro el anhelo como el de ellos el regresar a la Tierra prometida ahora con corazones más puros. Paraíso, para lo cual debemos pasar por el juicio en donde contamos con el mejor abogado, Jesucristo.
Así que vale la pena que entendiendo que fuimos creados a través de la Palabra que ilumina nuestras vidas nos dejemos guiar por ella y por lo tanto, cuando nos tengamos que someter al juicio final alcancemos esa tranquilidad de saber que seremos declarados salvos simple y llanamente porque ese ojo misericordioso de Jesucristo, a través de su Espíritu nos dio el entendimiento suficiente para no seguir coexistiendo en el oscuro mundo de nuestros pecados fruto de nuestras maldiciones.
El Texto de Textos nos revela en I de Corintios 6:9, “¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Altísimo Creador? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino del Creador”.
Oremos para llegar al juicio salvos por la Fe en Jesucristo.