Mi Kabbala – Av 20, 5783/Martes 8 de agosto del 2023.

¿Nombres? 

El Texto de Textos nos revela en Isaías 7:14, “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”.

Todos tenemos un nombre y aunque en la mayoría de los casos este ha sido dado por nuestros padres u otros familiares, se dice por parte de algunos creyentes que son los ángeles los que intervienen más en ese proceso, en esa búsqueda que nuestros nombres sean de alabanza como un recordatorio de la existencia del Creador a quien le pertenecemos. Se habla incluso de nombres que son una especie de mini-plegarias hebreas y desde esa mirada algunos de nuestros nombres contienen ese mensaje implícito como a la vez la invitación constante a sabernos parte de la Creación.  

Perspectiva que es más fácil de comprender al analizar la traducción etimológica de algunos nombres que derivan del antiguo hebreo y por ende contienen esa visión divina. Miguel es, Mikhael  Mi מי +  Ka-El כאל: ¿quién es como el Creador?, Gabriel es, Gavriel – Gavar גבר + El אל: el Creador es poderoso, Elizabeth es, Elisheva – Eli אלי + Sheva שבע: comprometida con mi Creador, Zacarías es, Zekhariah – Zechar זכר + Ya יה: el Señor ha recordado, Juan es, Yokhanan – Yah יו + Hanan חנן: el Señor es misericordioso y José es, Yosef – Yo יו + Sef – סף: El Señor aumentará, para solo citar algunos ejemplos. 

Nombres que denotan nuestra necesidad de mantener una relación permanente con nuestro Creador invocando a través de ellos su cercanía y protección. Costumbre que, aunque proviene para nuestro caso de los creyentes desde antiguo Israel aun hoy nos invita a llamar a nuestros hijos con nombres que incluyan atributos de nuestro Creador: YHWH יהוה o El אל, ello debido a que quienes así acostumbren consideran que el nombre de nuestro Señor nos mantiene a salvo de los peligros que se nos presentan en el día a día. 

En el caso de nuestro Señor Jesucristo, por ejemplo, su padre José fue visitado por un ángel que le prometió un futuro milagroso: su prometida, María, aunque todavía virgen, pronto concebiría y daría a luz un hijo que crecería para ser el Mesías. El niño se llamaría Jesús, pero, de acuerdo con la profecía, llevaría un segundo nombre: Emanuel. El nombre Emanuel aparece por primera vez en las palabras del profeta Isaías, quien vivió siete siglos antes de Jesús y predijo que el futuro Mesías nacería de una virgen y su nombre sería Imanu-El עִמָּנוּ אֵל, que en hebreo significa Él está con nosotros. 

Desde dicha mirada Emanuel es un nombre sacrosanto, es decir, que reúne las cualidades de sagrado y santo, y que Jesús llevó toda su vida, pero nunca reveló a nadie. Sabía bien que las autoridades judías no toleraban a aquellos que afirmaban ser el Mesías, y por esa razón se refirió a sí mismo como Cristo. Solo en ocasiones muy selectas lo hizo, pues afirmar que Él era literalmente el Creador en persona viviendo entre nosotros habría sido considerado solo blasfemia. Entonces Jesús simplemente guardó este nombre sagrado para sí mismo, lo importante entonces es comprender que  debemos buscar el profundo significado de nuestro nombre intentando que a través de nuestras oraciones nos proyecte su continua protección y guía.

El Texto de Textos nos revela en Apocalipsis 3:5, “El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles”.

Oremos para que el Creador abra nuestros ojos para aumentar nuestra fe. 

Mi Kabbala – Av 20, 5783/Martes 8 de agosto del 2023.
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