Mi Kabbala – Av 23, 5783/Viernes 11 de agosto del 2023.

¿Propuestas? 

El Texto de Textos nos revela en Levítico 26:33, “a vosotros, sin embargo, os esparciré entre las naciones y desenvainaré la espada en pos de vosotros, y vuestra tierra será asolada y vuestras ciudades quedarán en ruinas”.

La Biblia está plagada de promesas juramentos, shvu’at, שְׁבוּעַת־ y buena parte de ellas nos llevan según la traducción de nuestra lengua a proyectarnos desde la diáspora o diseminación, como una analogía que simplemente denota los efectos de nuestras desobediencias que como creyentes nos explican el cómo el pueblo escogido a partir de la destrucción del primer y segundo templo de Jerusalén, fue dispersado de Israel llevándolos por todo el mundo con la promesa que Sion como tierra prometida se les devolverá una vez se mantuvieran firmes a las Sagradas Escrituras. 

Visión que se denota en diversos versículos del Antiguo Testamento no solo desde la salida de Egipto sino en cada uno de los momentos que fueron llevados como esclavos y luego retornados a Jerusalén. Enseñanza que nos invita a nosotros los gentiles a no dejarnos influenciar por la idolatría de los pueblos con que coexistimos y que nos contaminan con sus costumbres paganas. Todo con el fin de no buscar más reyes o ídolos o dioses sino aprender de esas circunstancias adversas que nos acontecen y que llaman nuestra atención para denotarnos la importancia de obedecer sus preceptos y mandatos.

Después del retorno de buena parte del pueblo en mil novecientos cuarenta y ocho a Israel ellos aunque esperan la reconstrucción del Templo de Jerusalén y trabajan mundialmente tras esos propósitos como retorno a su tierra natal, aspiran además que todos podamos vislumbrar que no se han cortado los lazos espirituales, ni materiales con esas raíces, proponiéndonos así una cultura monoteísta que aunque está plagada de tradiciones milenarias confusas, heredamos de ellos como creyentes, tras una visión de ser guiados por la palabra y sus sabios lineamientos de retorno a ese reino Celestial. 

Para los Judíos la Aliyá  significa ascender o sea inmigrar a la tierra de Israel pero para nosotros como Cristianos debe ser una invitación a integrarnos al amor que predicó nuestro Señor Jesucristo para con todos esos próximos y que a través nuestro, ese mensaje de misericordia se pueda realmente vivenciar y ascendamos desde este aquí y este ahora a un estado de plenitud que es el preámbulo al reino en donde todos obedeceremos al Creador dejándonos guiar por Él y su Santo Espíritu. 

Israel como tierra prometida y el sionismo hacen parte de las promesas del Creador para su pueblo, pero a la vez para nosotros los creyentes la visión de una Tierra Prometida que no se encuentra en este plano terrenal. Y aunque hay otros criterios que incluso tienen en conflicto a los pueblos de Cisjordania, Palestina, Siria, Egipto e incluso Turquía fruto de la visión Judía de la tierra prometida, nuestro principal Templo a reconstruir ya no está en Jerusalén sino en nuestro ser interior para permitir así que nuestra alma se encuentre allí con el Espíritu del Creador, reintegrándonos así a Él. 

El Texto de Textos nos revela en Marcos 7:23, Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. 28 Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. 29 Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. 30 Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama”.

Oremos por el pueblo Judío. 

Mi Kabbala – Av 23, 5783/Viernes 11 de agosto del 2023.
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