Mi Kabbala – Elul 29, 5783/Viernes 15 de Septiembre del 2023.
¿Palabra?
El Texto de Textos nos revela en Isaías 40:8, “La hierba se seca y la flor se marchita, pero la palabra de nuestro Creador permanece para siempre”.
El Tetragramaton, según la literatura rabínica nos habla de HaShem o nombre Especial, palabra usada para referirse a esas cuatro letras, yud-hey-vav-hey: יהוה, que en la Biblia nos presentan al mismo Creador y que algunos traducciones convierten en Yahvé o Jehová, manifestaciones que como Adonai אֲדֹנָי , Señor, Elohim, Dios, parten de esas letras para indicarnos formas de acercarnos a ese Padre amoroso que está allí anhelando que usemos nuestras palabras además para alabarle, agradecerle: amarnos.
Desde esas cuatro líneas o signos se formó todo lo que reconocemos, lo que significa que la combinación de estas también nos llevan a nuestro ser a nuestra esencia, siendo el Yo Soy o Él que Es, o Aquel otra perspectiva para entender nuestra existencia, lo que llevado nuevamente a nuestro lenguaje nos llama a tener mucho cuidado con cada signo, letra, palabra, idea o pensamientos que expresamos ya que estamos recreándonos en lo creado y por lo tanto violentando su Palabra y esos mandatos que a través de ella se irradian, evitando tomar o usar esas expresiones en vano al manipular sus significados.
Dichas letras tienen el poder de Crear siendo las del tetragrama Yod-He-Vav-He, las que activaron todo, acto de fecundación, de acción, de descenso que dio lugar a nuestra formación y por ende permite nuestra transformación al consolidar con ellas nuestra realidad, en donde cada signo o letra da un principio, siendo Vav por ejemplo una conexión del cielo y la tierra, la conciencia del Yo, del aquí y ahora, Yod, como segunda Letra, es la fuerza, de allí procede la palabra Guf, cuerpo, que con sus sonidos vacíos expresan la conjunción y por su simbología de un gancho representa también la facultad de invertir el tiempo, presente o futuro mostrándonos como idea una continua eternidad.
La Heque esta dos veces, participa de forma más activa en la revisión del universo y nos llama a tomar consciencia del enlace del Vaventre el principio y el fin de todas las cosas, entre el cielo y la tierra, entre lo superior y lo inferior, llevándonos a ver la fuerza de la razón y de la dialéctica para que apacigüemos las emociones que tanto afectan nuestra naturaleza humana, lo que explica la misión de corrección de esta vida en donde ese cuerpo es el receptor de la energía divina y el lenguaje el transmisor de esa luz que todo posee.
Desde esas cuatro letras que constituyen las 22 originales hebreas y a la vez las de cada alfabeto por diferente que nos parezca se forjo nuestra realidad, que es una narración lingüística, lo cual significa que estas describen tanto la vida como nuestra esencia siendo nosotros receptores de Su energía la misma que nos llama a tomar conciencia para recrearnos armónicamente en lo creado siendo esos transmisores lingüísticos lo que posibilita nuestra transformación e integración gracias a esas chispas de ideas que hacen que nuestra materia fragmentada también se articule e integre a todo lo creado.
El Texto de Textos nos revela en Juan 8:23, “Y les dijo: Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. 24 Por eso os dije que moriréis en vuestros pecados; porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis”.
Oremos para que el nombre de nuestro Creador no sea invocado en vano.