Mi Kabbala -Iyar 27, 5783/Jueves 18 de Mayo del 2023.

¿Adorar? 

El Texto de Textos nos revela en Éxodo 40:1, “luego el Creador habló a Moisés, diciendo: En el primer día del mes primero harás levantar el tabernáculo, el tabernáculo de reunión; y pondrás en él el arca del testimonio, y la cubrirás con el velo”.

Las creencias Judías nos invitan a adorar שָׁחָה Shajah y alabar להלל lehalel, al Creador en un tabernáculo, un templo, pero los creyentes debemos resignificar gracias a la misma Biblia este concepto que llevo a los Patriarcas a intuir que Él quería un espacio en donde cohabitar entre su pueblo, para expresar allí sus manifestaciones. Conexión que parece perderse en Egipto para recuperarse por Moisés en el Éxodo, y que llevó a dicho pueblo luego del episodio del becerro de oro a construir un Tabernáculo y un arca, en la cual el Creador depositara la ley, Torá que devolviera ese nivel de conexión personal.

Templo que significa casa, Maljut מלכות , santuario, santo, Bina o raíz, alma o cuerpo, partes de nuestro ser interior que cual vasijas reciben la Luz del Creador y nos relacionan con lo exterior. Vestiduras que para los creyentes en conjunto conforman nuestro templo espiritual, el cual requiere la reconexión con lo sagrado. Por ende nosotros construimos en ese espacio a través de nuestra alma, dicha reconexión ya que sin ello no existiríamos. Por lo cual los creyentes deben ver en su cuerpo un templo que requiere la corrección a través de un proceso en donde esa vestidura necesita limpiarse gracias a la adoración del Creador conectándonos con Él y corrigiéndonos desde nuestro interior. 

Cuerpo o tabernáculo que como creyentes asimilamos a ese espacio sagrado en donde el Creador vuelve a morar con su pueblo, nuestro hogar, y aunque a diferencia de aquel que cuenta con espacios sumamente detallados, con tareas y metas claramente definidas en pro del servicio divino, nosotros tenemos claro a diferencia del pueblo Judío que Él ya no mora entre nosotros sino en nosotros, sí, en nuestro Templo físico, lo que nos permite voluntariamente mantener esa conexión con el Creador sin necesidad de dicho tabernáculo o templo exterior como se llamó a partir de David y Salomón.

Espíritu Santo que nos mantiene en esa relación permanente y cercana con Él gracias al vinculo del amor que el mismo Jesucristo nos enseñó, no por ello podemos renegar de una ciudad y de un día, Yom Yerushalayim, en donde se honra a un templo que espera ser reconstruido por tercera vez y allí orar, ya no en ese muro de los lamentos sino dentro de él, lo que la mayoría de creyentes entendemos como otro tipo de anhelo gracias al Espíritu Santo que mora en nosotros, visión que quizá tiene que ver con el anhelo de cuando el mismo Creador venga a nuestro rescate y nos guie a su lado.

Cada creencia por ende entenderá la necesidad o no de un templo, de tabernáculos, de imágenes o de espacios de encuentro con el Creador, esto teniendo como base que lo importante siempre será lograr que esos espacios de oración nos integren más a Él, para que incluso nuestros hogares, sirvan para reconectarnos con su gracia y así congregarnos de tal forma que podamos aumentar nuestra Fe guiando nuestras vidas, hasta que este nuestro cuerpo venza la muerte y se reencuentre con ese lugar Sagrado en dónde Él nos espera, por lo tanto, ahora estamos llamados a alabarle también a través de nuestro cuerpo. 

El Texto de Textos nos revela en Juan 2:19, “respondió Jesús y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré”.

Oremos para hacer de nuestro templo físico del Espíritu un espacio sagrado. 

Mi Kabbala -Iyar 27, 5783/Jueves 18 de Mayo del 2023.
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