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Mi Kabbala – Iyar 30, 5783/Domingo 21 de Mayo del 2023.

¿María? 

El Texto de Textos nos revela en Isaías 7:14, “por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel. 15 Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo y escoger lo bueno”.

Muchas interpretaciones se pueden hacer al respecto de la figura de María como madre de nuestro Señor Jesucristo y de su condición no solo de discípula de Él sino de intercesora. Su disponibilidad en la Anunciación, la fidelidad hasta el pie de la cruz, su presencia en la vida de la Iglesia ilustrada en el relato de Pentecostés y hasta todo el dogma que sobre su virginalidad se ha tejido, la han llevado equivocadamente a santificarla y hasta adorarla como una deidad, obviando que solo Él es digno de nuestras alabanzas. 

La errada idolatría hacia María, mir luz, yam mar, Míriam מִרְיָם, luz sobre el mar, no puede desdecir que es un símbolo de fe, lo cual de alguna manera implica reconocerla dentro del ámbito de la misma divinidad de nuestro Creador, siendo lo más importante para tener en cuenta con respecto a María es esa otra perspectiva que nos aleja de ser devotos a ella más si seguidores de ese ejemplo de escucha, amor, animación y de Fe lo que la convierte a ella de alguna manera en referente. 

La intermediación que algunos le abrogan corresponde al Espíritu Santo, ese que anima nuestros corazones a confiar plenamente en nuestro Creador, lo cual no desdice de la posibilidad de reflexionar sobre esa vida espiritual que a través de esa presencia del rostro femenino de María se da. Lo importante es no confundir los términos, ya que invocarle a ella es obviar que Su hijo terrenal es nuestro Padre Celestial y Él es que merece nuestra adoración. De María debemos seguir aprendiendo más sobre su ternura y acogimiento de madre, su discreción, su valentía y fortaleza de mujer, su preocupación por la vida, su capacidad de comprensión, su sensibilidad e incluso su admiración por la bondad.


Solo Él merece nuestra adoración, por lo que proyectar la imagen de María como icono o escultura para la idolatría, es otro de nuestros errores, cuando estamos más bien llamados a reflexionar al respecto de nuestra cercanía con Él, siendo ella ejemplo con sus lecciones de vida para entender ese camino espiritual que ella misma trasegó como buena madre enseñándonos con su tristeza, desesperación, desconsuelo y desencantos motivadora para nuestras circunstancias esas que atraviesan nuestros corazones. 

Así que María, con su niño en el regazo es imagen de lo que es una madre y aunque con ello no estamos minimizando todo lo que significó para el nacimiento del Creador, si debe quedarnos claro que el rol de ella dentro de la vida de nuestro Salvador Jesucristo es el mejor legado que puede tener cualquier familia y que por lo tanto, incluso cuando nuestros hijos se salgan de ese rumbo por ella plasmado, le recordemos, para con esa guía mantenernos firmes rogándole al mismo Creador por ese amor hacia ellos.  

El Texto de Textos nos revela en Lucas 1:46, “Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; 47 Y mi espíritu se regocija en el Creador mi Salvador. 48 Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. 49 Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, 50 Y su misericordia es de generación en generación A los que le temen”.

Oremos por que el mensaje de amor de María toque la realidad de nuestros hogares.