Mi Kabbala – Nisán 14, 5783/Miércoles 5 de abril del 2023.

¿Abismo? 

El Texto de Textos nos revela en Daniel 12:2, “y muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua.Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad”.

El alma humana tiene para algunos estudiosos que pasar por cinco niveles en donde recibe un poco de esa energía del universo divino. Siendo necesaria la energía nefesh o animal en nuestra corporalidad para que se de la dimensión asiá, de la Acción, que genera este denso mundo de materialidad en donde coexistimos como humanidad retroalimentándonos incluso de esa primera energía nefesh para así ir alcanzando otros niveles como ruaj en donde esta se hace psíquica o mental estructurando una personalidad con todos los condicionamientos culturales que integran nuestra dimensión en donde nos relacionamos con la energía universal Yetzirá donde nuestra alma se va haciendo consciente de la vida.  

Se dice que una vez el alma adquiere el crecimiento Neshamá ya no necesita de esta existencia física fruto que ha logrado su rectificación Tikún, integrándonos a la Creación para ingresar a la dimensión Jaiá en donde se integra a otras almas fruto de recibir la Emanación divina al integrarse al Espíritu del Creador para finalmente unificarse en lejidá al lado de nuestro redentor, misterios, que desafortunadamente nos cuesta entender en su todo y que en ocasiones queremos explicar a través de ritos, que desdicen de lo que realmente significa la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo.

Como creyentes somos invitados para que al repasar esos momentos en donde Él fue crucificado, luego sepultado y posteriormente descendió al mismo Seol, abismo o infierno, para finalmente resucitar y vencer la muerte, encendamos nuestra esperanza entendiendo que su Luz llegó a esos espacios para llamarnos a la vida eterna, motivo por el cual hay quienes en estas fechas encienden una vela que consagrada a Él sirve de signo de un Cristo resucitado. Él bajó al Seol o lugar de los muertos o de partida de las almas, Hades, espacio temporal de transición para salvarnos y guardar nuestras almas, si tenemos Fe, en una dimensión diferente, a la espera de nuestra resurrección el día del juicio final.

De allí que ese abismo tehom תְּהוֹם hondura que para algunos es nuestra propia mente tiene que ver con esa dimensión de donde el nos rescató dejándonos una especie de escalera gracias a la fe en su obra, salvación que implica el ascender hacia el Paraíso, seno de Abraham, en donde Jesucristo nos preparó una morada en donde ya nuestra alma no estará separada de nadie y en donde nuestro cuerpo deja de ser ese entorno para expirar nuestros pecados y disfrutaremos de la resurrección y una vida nueva. 

Los creyentes esperamos el arrebatamiento y confiamos además en nuestro abogado para el juicio final, gracias a esa fe en Él, así otras creencias confusas denigren de ello usando conceptos mundanos opuestos que desdicen de la gracia divina y por ende llevan a perder esa esperanza en nuestra resurrección, manteniéndose así en el poder de la muerte en donde dicho abismo se abre con toda su profundidad para alejarnos definitivamente de nuestro amoroso Padre Celestial que hizo todo para rescatarnos. 

El Texto de Textos nos revela en Juan 5:21, “porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida”.

Oremos para que sea Jesús el que nos rescate y resucite a la vida eterna. 

Mi Kabbala – Nisán 14, 5783/Miércoles 5 de abril del 2023.
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