¿Sumas?
El Texto de Textos nos revela en Ezequiel 37:18, Y cuando te pregunten los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No nos enseñarás qué te propones con eso?,19 diles: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y los pondré con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán uno en mi mano”.
Probablemente algunas lecturas que hacemos al Texto de Textos no nos otorgan los insumos de fondo que deberían, fruto que regularmente tenemos de una mirada superficial de esos versículos, en donde nos quedamos con aquellos significados que por costumbre nos han enseñado. Sin embargo si utilizamos insumos de los estudiosos Judíos y su sapiencia, adicionada a la guía del Espíritu Santo probablemente podemos obtener mejorados conocimientos que nos posibiliten al releer en esos mismos versículos el reconocer la enseñanzas allí plasmadas para los hijos del Creador.
La tarea aunque parece compleja no lo es y aunque podríamos tomar insumos de la Gematría para interpretar los significados de las 22 letras originales hebreas así como los números que las representan para analizar cada palabra de la Tora, lo cierto es que a los creyentes el Espíritu Santo nos hace las cosas un poco más sencillas, y es que mientras los estudiosos nos hablan de estos símbolos o letras del hebreo original y sus significados apoyándose en números para darle a cada expresión un significado especial, nosotros podemos encontrar en nuestras oraciones dichas respuestas y guía.
Para la Gematría por ejemplo el 1 א A, el 2 ב B, el 3 ג G, el 4 ד D, el 5 ה H, el 6 ו W, el 7 ז Z, el 8 ח J, el 9 ט T y el 10 י Y, así las cosas al tomar las letras ח j y la י y, que forman la palabra חי, jai, que significa vivo, dándoles a estas los números 10 y 8 que suman 18, podemos entender desde otra perspectiva el por qué en los evangelios en versículos tan extraños como el de la mujer enferma por 18 años hay una profunda enseñanza que nos entregó Jesucristo en este versículo de la mujer lisiada.
Lección que nos habla de esta mujer, la cual a pesar de su terrible estado físico, todavía estaba llena de vida espiritual, lo cual prueba el número 18 que nos aporta esa expresión jai, lo que significa que el Creador nos llama a no olvidar nuestro pulso espiritual, ese que nos reitera que estamos vivos. Por lo cual cuando Jesucristo impuso sus manos sobre ella, revitalizó su núcleo de vida y la sanó milagrosamente, lo que se traduce para nosotros los creyentes en comprender que en cada una de nuestras palabras está impregnada esa vida.
Somos fruto de la palabra sin embargo al sumar estas parece nos olvidamos de la importancia que tienen para darle un significado y un sentido a nuestras existencias y por el contrario preferimos restarle importancia a estas utilizándoles de una forma incorrecta, tal que maldecimos no solo de nosotros, nuestros entornos sino de la vida. Es el momento de comprender el poder de nuestras palabras para intentar recrearnos a cada instante con todas aquellas que fruto de la Palabra del Creador deben retroalimentar nuestras coexistencias.
El Texto de Textos nos revela en Lucas 13:11, “y había allí una mujer que desde hacía dieciocho años tenía espíritu de enfermedad, y andaba encorvada, y en ninguna manera se podía enderezar”.
Oremos para que el Espíritu Santo nos ayude a interiorizar la Palabra del Creador.