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Mi kabbala – Sivan 12 – martes 18 de junio del 2024.

¿Incoherencias?

El Texto de Textos nos revela en Éxodo 24:7, “Luego tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, y ellos dijeron: Todo lo que el Creador ha dicho haremos y obedeceremos”.

Hay quienes analizan la Biblia, pero en busca de incoherencias, intentando con sus interpretaciones amañadas desvirtuar las verdades allí planteadas, desde esa mirada hablan de versiones, traducciones y especulaciones que no concuerdan, como por ejemplo, que si el hombre fue creado a imagen y semejanza de su Creador, no es coherente que más adelante se diga que Él le formó del polvo de la tierra. Incorreción interpretativa, מדרש, midrash, que se da al no comprender que todo se creó con Su palabra y que dentro de ese proceso creativo Él le da nombres a las cosas y gracias a ello, dicha narración habla de varias dimensiones, por ello es que el mismo Adán luego de ser creado, da nombres a los animales; recreando.

Palabra Vaikrá, ויקרא, que se usa para hablar de llamar, acción que es fundamental en la Creación y que incluso los seres humanos replicamos a diario para darle sentido a nuestras coexistencias, así que fuimos creados a imagen del Creador y de acuerdo con Su semejanza pues hablamos, llamamos y creamos, sí, tenemos una voluntad que en términos generales es el todo, así para algunas personas no signifique nada y por ello, mal utilizan esa capacidad de recrearse en dichas expresiones que siendo tan solo interpretaciones y palabrerías humanas nos confunden mucho más.

De allí la importancia no solo de leer y releer las escrituras, sino sobre todo de contextualizar estas desde cada una de sus diversas analogías y parábolas a través de las cuales se nos invita a buscar más que su coherencia contextual, nuestro crecimiento integral, ese que producto de nuestras limitaciones especialmente las idiomáticas y nuestras finitudes físicas nos impide vislumbrar en su todo esos mensajes de vida impresos en nuestros Textos Sagrados y que deben refrendarse en nuestro corazón a la largo, אֲרֻכָּה, arok y ancho.

Por ello nuestro Señor Jesucristo, el verbo, se tuvo que hacer carne para rescatarnos y vivir esa experiencia en Getsemaní, gat-גת, siendo prensado, shemanim, שמנים, cual aceituna y todo por nuestro pecado, padeciendo cual si fuera una aceituna, de las mismas que los campesinos de Jerusalén cosechaban para prensarlas y fabricar aceite, para luego con este iluminar sus lámparas y vidas, por ello Él fue exprimido para poder extraer el aceite que iluminara a este mundo con ese mensaje que significa nuestra salvación y que no permite interpretación alguna, llevándonos así a amarnos.

El mismo Jeremías, יִרְמְיָה, nos advierte que quien desee hablar de incoherencias Bíblicas, debe más bien vislumbrarse dentro de esos mismos desconocimientos que consolidan nuestras sociedades y con ellas todo lo que hemos venido construyendo como verdaderas mentiras de esas que disfrazadas de verdades científicas le dan sentido a lo que no lo tiene, al no dejarnos acompañar de la Sabiduría y Luz el Creador, para que ese su entendimiento humano pueda comprender estas y otras verdades, que fruto del pecado y de nuestros propios engaños siguen publicitando, dejando que sus vidas desde esa mirada continúen vacías y sin sentido, ya que se retroalimentan de incoherencias.  

El Texto de Textos nos revela en Juan 5:39, “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”.

Oremos para que el Espíritu Santo nos de el entendimiento requerido para entender.