Mi kabbala – Sivan 16 – sábado 22 de junio del 2024.
¿Idioma?
El Texto de Textos nos revela en Lamentaciones 3:22, “El gran amor del Creador nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!”
Todo parece indicar que originalmente hablábamos un mismo idioma y aunque los arqueólogos aseguran que fue el sumerio, el idioma primigenio, el cual con su escritura cuneiforme aparece según sus indagaciones desde 3200 años antes de Cristo, es claro que la Biblia nos habla del Hebreo el cual se perdió, fruto de la confusión de lenguas en Babel, en donde se generaron esos diferentes dialectos que se difundieron con los hijos de Sem, quizá por ello hebreo traduce: עבר, heber, cruce, al otro lado.
Algunos estudiosos se cuestionan al respecto de por qué nuestro Señor Jesucristo usaba más el arameo como idioma que el hebreo, aduciendo que Él como rav, רַב, maestro, de la Palabra, intentaba que los no Judíos conocieran de esta, propuesta que finalmente lo llevó a delegar a sus discípulos el ir al mundo a predicar el evangelio a todas las lenguas, lo que de alguna manera como creyentes nos habla de esa necesidad de un solo lenguaje, que desde su propuesta tradujo como, el del amor.
Ahora nosotros como seguidores de Él debemos hablar a través de ese idioma universal, el del amor, el cual nos incita a dar frutos a través de Su Espíritu, siguiendo así los pasos de nuestro maestro. Perspectiva que no debemos perder de vista y que se deduce al estudiar la letra yud, י, original, que como sufijo de posesión significa mí y que nos lleva a verle a Él como nuestro rabino, רַבִּי, maestro. Título que fue usado por los judíos en la antigüedad para dirigirse a una persona de gran autoridad e importancia.
Por lo tanto y aunque para nuestras traducciones ha predominado el idioma latín o italiano de los romanos o incluso el griego, está claro que han sido los judíos incluso como una minoría, los que han perpetuado la Palabra, en un idioma que sin ser tan común producto de nuestra desobediencia, si nos incita al servicio y al amor; a su guía, contextos que nos demuestran además que mientras sigamos confundidos en nuestros saberes, יוֹדֵעַ, yodea, con lenguas limitantes y finitas nos quedara muy complicado comprender el idioma infinito e ilimitado de nuestro Padre y más las verdades de su Palabra.
Finees, nos llama a ser fieles, אָמַן, Aman, para que nuestras expresiones sea permanentemente de Amor tanto que incluso no necesiten de ser traducidas a un idioma especifico o concreto ni de traducciones especiales, sino que como acto comunicacional nos acerquemos a esos otros, nuestros próximos posibilitándonos el comprendernos como partes integrales que somos de esta Creación de la cual nos hemos separado por nuestros egoísmos, esos que nos llenan de resentimientos y percepciones equivocadas incluso al respecto del verdadero significado de nuestras palabras cotidianas, siendo necesario que nos enfoquemos en transformar nuestros lenguajes.
El Texto de Textos nos revela en I de Corintios 13:1, “Si hablo en lenguas humanas y angelicales, pero no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o un platillo que hace ruido”. Oremos para que no nos falte el amor y nos expresemos a diario a través de él.
Oremos para que no nos falte el amor y nos expresemos a diario a través de él.