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Mi Kabbala – Sivan 2 – sábado 8 de junio del 2024.

¿Idolatría?

El Texto de Textos nos revela en Jonás 2:9, “Yo, en cambio, te ofreceré sacrificios y cánticos de gratitud. Cumpliré las promesas que te hice. ¡La salvación viene del Señor!

La palabra sacrificio en su etimología nos invitaba a hacer sagradas las cosas, así algunos le lean como un dolor o perdida, quizá porque ya nadie honra la vida o está dispuesto a entregar lo mejor de si en busca de un bienestar general. Probablemente a partir de la consumación de nuestro pecado nos llenamos de confusiones, las mismas que nos llevaron a que el Korbán, קָרְבָּן‎ o nuestros sacrificios, se convirtieran en acciones externas que pretendemos que otros paguen por nosotros, mientras nosotros voluntariamente no actuamos con coherencia para acercarnos al Creador gracias a un deseo real y amoroso.

Termino que describe para los estudiosos una convergencia, קרבה, con el Creador la cual nos invita como creyentes a retroalimentarnos e integrarnos a Él, en busca de ese otorgamiento que en su todo Él representa. Y es que no podemos perder de vista que al ofrecer un sacrificio, uno se eleva, se integra, gracias a esa intención directa hacia Él. Por lo que lo interesante de esta tarea es asimilar que quien ofrece, también recibe, lo que no contradice la intención altruista, que nos obliga a su vez a corregir nuestros deseos insaciables de recibir y convertirlos en otorgamiento para el Creador.

Frente a todas las posibilidades que nos ofrece el acto de sacrificarnos, la misión es empezar a enfocar nuestros deseos y acciones en pro ya no de que un animal sea quemado o muerto como ofrenda de esa carne al Creador, sino que ahora entendamos que nuestro Señor Jesucristo al cumplir con ese único sacrifico por nuestros pecados, nos redimió para que por nuestra Fe en Él logremos salvarnos y con ello nos aislemos de nuestros deseos de la carne, para así poder ascender, עָלָה, alah, a su lado, naciendo de nuevo. Proceso que hace que vayamos desapegándonos de todo aquello que disfrazado de egoísmo nos impedía corregir nuestra visión de vida.

Desde dicha mirada nuestros actuales sacrificios deben estar enfocados en convertir nuestras oraciones en acción de gracias, entendiendo incluso que todo lo recibido nos favorece aun cuando en algunas circunstancias no percibamos allí la Luz del Creador, quizá porque nuestros propios sesgos se encuentran obstaculizando, שָׁלוּ, shalu, y restringiendo esta. El propósito de dar gracias, por ende, nos lleva a abrir nuestras mentes y seres, para despertar nuestro entendimiento y percibir esos destellos de Luz que guían nuestras coexistencias y que resignifican cualquier tipo de sacrificio humano.

Elías, אליהו, nos enseña a buscar esa actitud de servicio en donde florezcan valores como la gratitud, la fraternidad y la disciplina, las cuales deben cogobernar nuestros nuevos deseos, para que vayamos abriendo nuestro ser y sus canales perceptivos a esa totalidad que nos expresa a diario el Creador con su Luz y fluir y así a través de ella proyectar todo lo que antes descalificamos como sacrificio, convirtiendo ello en motivo de agradecimiento ya que proviene de ese Padre amoroso que nos guía y nos posibilita pese a nuestras intenciones egoístas el reconectarnos con Él, una vez lo deseemos.

El Texto de Textos nos revela en Mateo 9:13, “pero vayan y aprendan lo que significa: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios.” Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores”.

Oremos para no ser dominados por nuestros deseos egoístas.