Mi Kabbala – Sivan 20 – miércoles 26 de junio del 2024.
¿Trinitarios?
El Texto de Textos nos revela en Génesis 18:2, “Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos”.
La Biblia nos presenta a través de las vidas de cientos de seres humanos con características similares a las nuestras, bellas analogías. Uno de los ejemplos más sorprendentes para crecer en esa fe, aparece en la historia de Daniel y sus tres compañeros: Sadrac, Mesac y Abednego, quienes originalmente, eran conocidos como Ananías, Misael y Azarías, tres nombres hebreos que se transformaron gracias a otras palabras sagradas que hacen referencia al único Creador: Elohim o Yahvé. Daniel דָנִיֵּאל, Él ha juzgado, dan, Hananiah חֲנַנְיָה, el Señor, yah, ha sido bondadoso, hanan, Mishael מִישָׁאֵל, ¿Quién es como misha, Él?, Azariah עֲזַרְיָה, el Señor, yah, ha ayudado, azar.
Tres valientes que rechazaron audazmente la idolatría, padeciendo al ser arrojados a un horno ardiente más sobrevivieron milagrosamente, gracias a su profunda fe, denotándonos que esa fe da paz para confiar en su guía, además fortaleciendo esta, por lo cual, estudiosos de la gematría ven en el número 3, una enorme importancia, aduciendo que este de los más sagrados, lo que implica que palabras como shalosh, שָׁלֹשׁ, para este tipo de simetrías, al estar compuesta por dos, shin, ש, de 3 puntas, que rodean al alto lamed, las entendamos como ese carácter firme que nos aportara para confiar más en Él.
No es gratuito entonces que los creyentes hablemos de la trinidad, como visión que nos incita a confiar plenamente en la guía de nuestro Creador entre mezclándonos: arevut, ya que así debemos funcionar como sociedad y vernos a nosotros mismos vinculados con quienes nos rodean. Concepto Bíblico, arevut, que se demuestra en estas y otras historias de vida en donde mientras los hijos de Israel avanzaban por el desierto, tres de las doce tribus tomaron la difícil decisión de establecerse a las afueras de la Tierra Prometida: Rubén, Gad y media tribu de Manasés, para concluir que el mejor territorio para el pastoreo no solo está al oriente del Jordán sino al ministrarnos, שָׁרַת, sharath, como hermanos.
Y es que aunque, en un punto su decisión se podría leer como egoísta, en realidad, las tres tribus no estaban abandonando a sus hermanos, Ellas se establecerían en Canaán, manteniendo un pacto de lealtad hasta hoy con sus próximos. Historias bíblicas que continuamente nos proyectan desde ese triangulo también a Abrahán, su nieto Jacob e Isaac el intermedio, quienes también nos llaman a mantenernos unidos en nuestra Fe. Enseñanzas que nos llevan nuevamente a entender que entre más responsables seamos con nuestros prójimos, más fuerte será el pueblo y más nos beneficiaremos todos, siendo esa trilogía, שלוש, shalosh, una invitación permanente a lograr un equilibrio.
Palabra compuesta por dos shin, ש, de 3 puntas que rodean al alto lamed ל, poder de unión, que nos lleva a Isaac que encontró la templanza para ser un punto de equilibrio al estar junto a su padre y a su hijo, o a los tres ángeles quienes visitaron a Abrahán, recordándonos son tres seres quienes forman la santísima trinidad, una estructura que infunde a nuestras vidas ese0 toque de espiritualidad eterna, gracias al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo quienes nos fortalecen a diario al leer la Biblia y congregarnos como trinidad.
El Texto de Textos nos revela en Juan 3:34, “Porque aquel a quien el Creador ha enviado habla las palabras del Creador, pues El da el Espíritu sin medida”.
Oremos para que la trinidad guie nuestras vidas.