Mi kabbala – Sivan 26 – martes 2 de Julio del 2024.
¿Ramas?
El Texto de Textos nos revela en Isaías 11:2, “Sobre él reposará el Espíritu del Señor; el Espíritu de sabiduría y de inteligencia”.
Algunas palabras desde su significado original hebreo nos dan mayores insumos para comprender las enseñanzas que allí se nos quieren otorgar, expresiones como Biná, בִּינָה, nos hablan más que de la inteligencia humana, de la suprema, de un Mesías que le da una razón a nuestros conocimientos, por ello el profeta Isaías asevera que un brote que crecerá del tronco de Isaí, de esa rama de Eva, como extensión de algo grandioso nos permitirá al ser dotado de esa sabiduría divina, salvándonos, el retornar a nuestro estadio original en donde nos reconoceremos como hijos del Creador.
No perdamos de vista que nuestro Señor Jesucristo nació en el pequeño pueblo de Belén por lo cual es apropiado entender que esa rama de Isai, el Mesías nacería en la misma ciudad de la cual proviene el Rey David, lo cual no solo nos genera una relación profunda en el significado de dichos términos, sino que además nos lleva a comprender que el nombre Beyt-lejem, בית לחם, que significa casa del pan en hebreo, nos invita a los creyentes además a aceptar que Él es nuestro pan de vida, razón de peso para que entre sus enseñanzas Él mismo multiplicara cinco panes para alimentar a cinco mil personas, mientras declaraba que Él era el pan de vida y que quien viniere a ÉL, nunca tendrá hambre.
Otras lecciones que se pueden visionar al concatenar todas estas expresiones aparentemente sueltas, nos denotan que nuestro Señor Jesucristo pasó la mayor parte de su infancia en otro pequeño pueblo: Nazaret, que no se menciona de a mucho en la Biblia, al ser un lugar poco común, pero que en esencia nos habla de dicha rama, ello debido a que esta expresión, Nazaret נצרת, contiene la raíz, netzer נצר, que significa rama, en alusión directa a esa profecía mesiánica, la cual nos habla más que del futuro del rey davídico, de ese retoño que alimentará con sus frutos a toda la humanidad.
Como creyentes al estudiar y escuchar la Palabra debemos intentar que el Espíritu del Creador ilumine nuestra inteligencia, Biná, con su sabiduría, para que con ella podamos contextualizar mejor todas esas enseñanzas que de otra manera no pasarían de ser historias especiales que realmente no aportan esos elementos de fondo que necesitamos para nutrir nuestro crecimiento integral, quizá por ello, Él como pan de vida es ese Rey, Mesías que esperan no solo los Judíos sino todos los seres humanos para que nuestras vidas se transformen al ser rescatados, nutriéndonos con su misericordia, חֶ֫סֶד, jesed.
La rama, בַּד, bad, que nos da esos frutos de amor nos proyecta también la clave para que comprendamos mejor lo que allí está contenido logrando con la ayuda del Espíritu Santo el poder alcanzar todo lo que implica aquella lección de vida que harán que nuestras oraciones dirigidas al Todopoderoso se enfoquen en su sabia guía por el camino de la verdad, alterando así nuestros conocimientos e inteligencia para elevarnos como aquellas ramas del Árbol de la Vida para así convertir las enseñanzas de la Torá más que en oraciones, en acciones ejemplares que se irradien en nuestros entornos.
El Texto de Textos nos revela en Juan 6:35, “Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás”.
Oremos para que sea Jesucristo la rama y fruto que alimenta nuestra Fe.