Mi kabbala – Sivan 30 – sábado 6 de julio del 2024.
¿Anuncio?
El Texto de Textos nos revela en Isaías 53:1, “¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo del Creador?”
La Biblia está llena de anuncios que sin embargo los seres humanos poco comprendemos, muchos de ellos se presentan a través de analogías que con sus símbolos se articulan a nombres, esos que hacen parte de nuestra genealogía, la misma que comienza con Adam אדם, que significa tierra, aunque para algunos traductores de hoy, adamá אדמה, que quiere decir hombre, siendo indispensable para estos temas intentar asumir que en estos diez nombres hay todo un mensaje cifrado, el cual desafortunadamente millones de lectores creyentes pasamos por alto.
Los primeros hijos de Adam y Eva a los que se hace referencia en el texto Sagrado fueron Caín y Abel, siendo Caín, קין, quien asesino a su hermano y por ende quien fue maldito, por lo que no se habla más de él y su descendencia, siendo Set, שת, por ende el primogénito, nombre que traduce: primer designado, la segunda y siguiente generación, que en Enós, אֱנוֹשׁ, que significa mortal, prosiguió el camino para que la tercera generación de Cainán, que significa lamento, nos llevara a Mahalaleel, para alabar y bendecir, dándonos a través de Jared, ese descanso que le dio a Enoc y Matusalén la posibilidad de saberse cada vez más cerca al Creador y a su eternidad.
El padre de Matusalén, מתושלח, era Enóc, חֲנוֹך, que significa maestro, quien nos ofrece a través de esos signos una interpretación especial gracias a la conexión que va más allá de esos símbolos que cual señales nos llaman a seguir un camino, al lado del Creador conforme a sus preceptos y mandaros, tarea que desde el primer ser humano debemos realizar para que esa muerte nos lleve al cielo y no al suelo, siendo Lamec, לֶמֶךְ, que significa poderoso y quien finalmente engendró a Noe, que significa paz, del que nacieron Sem, Cam y Jafet quienes nos proyectaron ese renacer después del diluvio.
Diluvio, מַבּוּל, mabbul, que recrea a través de estos signos, nombres y significados los mensajes que se nos proyectan, es asimilar que: “el hombre esta designado a ser mortal, lo que conlleva a que lamentos tendrá, hasta que el Creador bendito descienda como maestro para que su muerte traiga descanso a los hombres”, propuesta que en su todo nos invita a coexistir desde el mismo Génesis bajo la guía del Mesías quien nos rescató del foso del pecado al que caímos y nos libró de la esclavitud de la muerte que nos contaminará eternamente y a la que solo podemos evitar gracias a Su guía.
Desde el Antiguo Testamento se nos anuncia lo que sucederá en el Nuevo Testamento y cual puede ser nuestro final, evangelios que apuntan a nuestra redención y rescate por parte de nuestro Señor Jesucristo quien nos ofrece la vida eterna. Sin embargo y pese a que todo nos habla de ello pues la misma naturaleza gime, אֲנָחָה, anachah, nosotros vivimos distraídos obviando las instrucciones y enseñanzas que Él nos dejó con esos descendientes los que desde Adam nos reiteran que somos hijos del Creador, y debemos voluntariamente retornar a Su lado a nuestra morada Celestial.
El Texto de Textos nos revela en Hebreos 11:5, “Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso el Creador; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado al Creador.
Oremos para que atendamos todos los anuncios que se nos hacen a través de Su Palabra.