Mi Kabbala – Siván 5 – martes 11 de junio del 2024.
¿Omer?
El Texto de Textos nos revela en Levítico 23:10, “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega”.
Así como a diario nos alimentamos de diferentes productos siendo algunos hechos a base de trigo, deberíamos espiritualmente nutrirnos con las Palabras de vida que se nos ofrecen en el Texto de Textos. Relectura cotidiana que nos debe servir para que todo lo que pensemos, deseemos, digamos, hagamos e incluso omitamos este orientado por el Creador y su Santo Espíritu, comprendiendo que entre más nos alejemos de dicha Luz y de todo lo que Él significa para nuestras vivencias, más reinará el caos, שִׁנִּיתָ, argot, a nuestro alrededor, el mismo que depende lógicamente de nosotros evitar.
De allí que hermosas tradiciones como la Cuenta de Omer, ספירת העומר, deberían ser entendidas por nosotros de mejor forma, ya que no se trata solo de una antigua unidad de medida equivalente a cerca de mil trescientos gramos, usada en la época del Templo de Jerusalén o de la ofrenda de grano o gavilla, fruto de la gran cantidad que se recoge en estas fechas y que al agruparles se entienden como fardos, sino de toda una celebración que teniendo un bello simbolismo en aquellos días cuando el pueblo Judío tenía su Templo Sagrado y traían una ofrenda de cebada en el segundo día de Pesaj, de pascua, nos lleva a vislumbrar como creyentes el consumo de los granos recién cosechados de la Palabra.
La cuenta de Omer de cincuenta días que terminan con la fiesta de Shavuot indica para ellos un importante período de crecimiento e introspección y como preparación a esta, además en recuerdo de los ancestros judíos como pueblo, quienes estuvieron parados en el Monte Sinaí para recibir la Torá, nos llama a los creyentes a entender que esas siete semanas de preparación luego de ser liberados de Egipto, nos incitan a buscar un tiempo cotidiano para vivir conforme a los mandatos del Creador, para que ese recorrido de retorno que son nuestras vivencias nos lleven más allá de la tierra prometida, כְּנַעַן, Canaán.
El Omer se cuenta todas las noches después del anochecer, treinta minutos después del ocaso, al comienzo del día judío, recitando para ello la bendición antes de contar: Baruj atá Adonay, Eloheinu Mélej haolam, Asher kideshanu bemitzvotav vetzivanu al sefirat haomer, Bendito eres Tú, Dios, Rey del universo, Quien nos santificó con Sus mandamientos, y nos ordenó en relación a la cuenta del Omer, por lo tanto nosotros como creyentes podemos asumir, teniendo en cuenta o no esta tradición, otra forma de vislumbrar la importancia de reiterar nuestra gratitud, תּוֹדָה, todah, para con Él.
Oseas הושע, nos recuerda a través de su esposa a nosotros los creyentes los riesgos de nuestra infidelidad con el Creador y la importancia de asumir más que un recuento verbal de cada uno de los cuarenta y nueve días, el prepararnos espiritualmente para leer y aprender de la Torá a cada instante demostrando así que anhelamos que sea Luz sea la que nos guíe y bajo esa perspectiva debemos atender las enseñanzas dadas al pueblo Judío, pero ahora guiados por el Espíritu Santo, para caminar conforme al Texto de Textos que debe orientar todo lo que pensamos, decimos y hacemos.
El Texto de Textos nos revela I de Tesalonicenses 4:7, “Porque el Creador no nos ha llamado a impureza, sino a santificación”.
Oremos para ser guiados por la Torá: la Palabra del Creador.