Mi Kabbala – Tamuz 2, 5783/Jueves 22 de Junio del 2023.
¿Rezos?
El Texto de Textos nos revela en Nehemías 9:6, “Tú solo eres el Creador; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran”.
Hay diferentes formas de orar y aunque algunos creyentes consideran que el término griego metanoia parido de las prácticas hesicastas y las corrientes filocálicas nos invita a rezar de rodillas, en un profundo estado de piedad y humildad, de paz y reconciliación con el Creador, ello no quiere decir solamente eso, aunque si que esa postura explica el privilegio de sentirnos cerca de Él lo cual se pueda lograr incluso caminando en la calle o caído como Moisés boca arriba conectado con el cielo, denotando eso sí esa piedad de corazón que logra acciones cotidianas virtuosas fruto de la consecuencia con dichas oraciones.
Rezar, orar, meditar o dialogar con nuestro Creador implica de alguna forma un encuentro personal y permanente con ese Ser Superior y aunque hay quienes lo ejecutan como si fuera un rito, lo cierto es que para ello lo más importante es nuestra motivación personal, la misma que debe convertirse en un compromiso constante, el cual hace que intentemos no solo hablar con Él sino de Él a través de nuestras relaciones, por lo tanto ese encuentro en donde interviene el mismo Espíritu Santo es más una cuestión de fe, que de ritos.
Desde dicha perspectiva vale la pena también hacer referencia a términos como Berajot o Berajá en singular, de la palabra Baruj, nos llevan a contextos que podemos traducir como de bendición, debido a que al asociarlos a la etimología de la palabra berek o rodilla, invitan a quienes así lo quieren entender a hacerle reverencia al único que la merece y a dirigirle nuestra voz interior a Él con alabanzas en señal de gratitud, reconociendo así su grandeza, belleza, bondad y majestuosidad. Quizá por ello Baruj she’amar en hebreo: ברוך שאמר implica no solo una bendición de apertura, sino un llamado a que Él nos guie.
Desde esa mirada los Judíos llaman a su rezo tefilá debido a que sus vidas tienen una relación continua e inalienable con el Creador y bajo esa mirada le hablan a Él conscientemente teniendo como guía sus preceptos Bíblicos, especialmente los Salmos que para dicho pueblo son fuente de plegarias, es por ello que quizá se acostumbra rezar de rodillas aunque los Judíos lo hacen también de pie, oscilando su ser, intentando que todo su cuerpo y cada célula alabe al Creador, eso sí siempre ubicando su rostro en dirección a Jerusalén y su templo, sin importar en qué lugar del mundo se encuentren.
Finalmente otras creencias y religiones prefieren honrar al Creador colocando su pecho sobre sus muslos, estirando sus brazos y manos hacia el suelo y su frente sobre el piso en algunos casos sobre almohadas muy pequeñas, haciendo una reverencia que denota plena humildad para con el Creador. Lo que quiere decir que sea cual fuere el credo, podemos agradecerle a cada instante al Creador por todas las bendiciones que significan vivir, haciendo nuestras peticiones personales con humildad, confianza y con mucha gratitud.
El Texto de Textos nos revela en Colosenses 1:9, “por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual”.
Oremos y alabemos constantemente al Creador.