Mi kabbala – Tamuz 24, 5783/Viernes 14 de julio del 2023.
¿Éxodo?
El Texto de Textos nos revela en Éxodo 40:38, “Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche sobre él, a vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas”.
Si revisamos la historia del pueblo Judío en la búsqueda de aprender de los mensajes profundos que sobre sus experiencias nos aleccionan, quizá entenderíamos que cuando fueron motivados a dejar a Egipto para luego cruzar el Mar de los Juncos y viajar por el desierto hacia el Monte Sinaí, siendo durante el trayecto alimentados por el maná, allí podríamos aprender de las leyes que se le trasmitieron a Moisés y que se encuentran en la Torá, las que son para nuestro bienestar alejándonos de la esclavitud pasional que tanto nos ocupa vale la pena además valorar los nombres shem, שם, shemot.
Cincuenta días después del Éxodo, en sexto día del mes de siván se les ofreció la Torá al Pueblo y su respuesta inicial fue: naasé venishmá, haremos y escucharemos. Bella visión de vida que debe llevarnos a dicha montaña imaginaria y depender así de la nube divina, esa que nos guiará a diario no solo para vivir conforme a los Diez Mandamientos, sino durante cada noche y día, que como en esos 40 días estuvo con Moisés en la cima y que literalmente nos invitan a dejar de adorar los Becerros de Oro que hoy nos distraen.
Nuestro Éxodo hacia la tierra prometida puede empezar entendiendo que la zarza ardiente es esa pequeña llama cotidiana en nuestros caminos que nos invita a acercarnos al Espíritu Santo y prepararnos para cruzar el desierto gracias a una integración con nuestros próximos y para ello tenemos la Biblia como instrumento de reflexión y crecimiento mutuo. En la Torá se encuentran 600.000 letras que equivalen, según se dice, a la cantidad de almas,toda una raíz Judía para aceptar cada letra de la Palabra escrita y comprometernos a que estos preceptos allí plasmados guíen nuestras vidas.
Por lo tanto y para los Eruditos, si a un rollo de la Torá le faltase aunque fuera una letra, este es inválido, sin importar cuán poco importante parezca ese signo. Lo que simboliza no solo que la Torá es más grande que la suma de sus partes sino que nosotros debemos respetar cada texto como un mandato. Obediencia que nos lleva a integrarnos más porque una sola molécula daña el sistema y entendiendo ello como la misericordia divina cada individuo debe conocer del amor del Creador incluso a través nuestro, no olvidemos que cada ser vivo tiene una función única y por ello un nombre.
Enseñanza que nos debe servir también para acercarnos a la montaña de la Fe y unidos conforme a los mandatos del Creador, apegarnos a su Palabra que es eterna y relevante en cualquier lugar y momento, logrando una relación perenne que es inherente a nuestra naturaleza y que no está limitada por ninguna condición en particular. Por lo tanto, nosotros como Moisés debemos desear el cumplir con el propósito divino del Creador y ser útiles a este viviendo alegre y obedientemente a través de sus mandatos.
El Texto de Textos nos revela en Romanos 7:14, “porque sabemos que la ley es espiritual, pero yo soy carnal, vendido a la esclavitud del pecado”.
Oremos para que busquemos como nos lo pide la Biblia ser uno con el Creador.