Mi kabbala – Tamuz 3 – martes 9 de julio del 2024.
¿Oralidad?
El Texto de Textos nos revela en Eclesiastés 7:5, “mejor es oír la reprensión del sabio que la canción de los necios”.
Gracias a las tradiciones judías y a la oralidad, el Tanaj, del acrónimo hebreo, תַּנַךְ, tanakh, también conocido como Mikrá, Mishná, se nos presenta un conjunto de veinticuatro libros sagrados canónicos, que se dividen en tres grandes partes: la Torá, la Ley, los Nevi’im, Profetas y los Ketuvim, Escritos que permiten profundizar en estos mensajes divinos de los cuales nos habla tanto el Talmud como el Zohar, Textos Sagrados que complementan a la misma Biblia pero que enfatizan más en algunos preceptos y mandatos que naciendo de la tradición oral también son útiles en el fin de acercarnos más a nuestro Creador.
Como creyentes no perdamos de vista que ese modelo de orar proyectado allí en dichos textos producto de la tradición oral, הֲלָכָה, halajá, han tenido modificaciones con el paso de los años, debido a las confusiones del lenguaje e incluso a traducciones posteriores que han llevado a diversas interpretaciones de la Palabra del Creador, lo que nos descalifica estas visiones pero que si nos llevará siempre al texto original como camino, el mismo que nuestro Señor y redentor Jesucristo nos resumió al pedirnos amar más, dejándonos guiar para ello del Espíritu Santo y de su mensaje salvador de fe.
Lo que no descalifica esa compilación de antiguas enseñanzas consideradas como sagradas, pero sí nos invita a hacer un estudio más minucioso de nuestras actuales tradiciones y enseñanzas, en esa búsqueda de alcanzar una vida más acorde y coherente al gran mensaje de amor que se nos legó. Está claro que hacemos parte de una serie de dimensiones imaginarias paralelas en donde fruto de algunas de ellas visionamos a ciertos seres como superiores lo cual nos incita a elevarnos espiritualmente, קוּם, qum, incluso hacia dichos escenarios en pro de retornar a ese estado original, pero para ello necesitamos siempre de la guía de dicha Palabra revelada y de su Santo Espíritu.
Todas nuestras tradiciones contienen una invitación especial a que nos esforcemos más, trabajando a diario para conseguir especialmente aquello que sospechamos es para nosotros de trascendental importancia: volver al reino de nuestro Padre Celestial, lo que implica que si encontramos en el Talmud o en el Zohar, זהר, esplendor, elementos místicos de fondo tras ese horizonte, son válidos, ya que en todos esos textos nacidos de la oralidad desde los tiempos de Moisés se encuentran motivaciones en pro de obedecer a nuestro Padre Celestial que nos recuerda a cada instante la importancia de amar.
Propuesta Bíblica que interpretada desde la mirada de fe de nuestro Señor Jesucristo se resume en integrarnos a Él a través de ese amor servicial que nos lleva a obviar cualquier cosa para acercarnos a nuestros próximos amándoles como a nosotros mismos, lo que debemos ejemplarizar no solo con nuestras predicas sino también con nuestras acciones, ya que nuestras palabras crean y nos recreamos en ellas, lo que quiere decir que la mayor tradición que podemos darle a nuestros hijos es la fe, sabiendo que Él es quien debe gobernar, מָשַׁל, mashal y guiar nuestras coexistencias.
El Texto de Textos nos revela en Marcos 4:33, “con muchas parábolas como estas les hablaba la palabra, conforme a lo que podían oír. 34 Y sin parábolas no les hablaba; aunque a sus discípulos en particular les declaraba todo”.
Oremos para que el Creador con su Espíritu nos permita cada vez amar más.