Mi Kabbala – Tamuz 4, 5783/Sábado 24 de Junio del 2023.
¿Palabras?
El Texto de Textos nos revela en Jeremías 17:14: “Sáname, oh SEÑOR, y seré sanado; sálvame y seré salvo, porque TÚ eres mi Alabanza.”
Todo procede de la Palabra del Creador y de allí que al orar debemos usar esas Palabras para alabarle, quizá por ello nuestro Señor Jesucristo nos recordó que tal como lo expresó Jeremías siglos atrás, hemos convertido esa casa de oración y de encuentro, en una cueva de ladrones, fruto de prácticas comerciales inmorales que desdecían de ese lugar sagrado. El mismo Jeremías, Yirmiahu יִרְמְיָהוּ que significa el Señor, yahu, levanta, yarim, reiteraba su mensaje que no estamos condenados sino que más bien podemos ser consolados. Mirada que como creyentes llama nuestra atención para atender no solo a esos profetas sino sobre todo a la Palabra del Creador para que cómo pecadores nos acojamos a su guía.
El Creador no nos ha rechazado y por el contrario esta presto a restaurarnos, pero nuestras diarias palabras desdicen de ese nuevo pacto que Él quiere consolidar con nosotros, siendo el Espíritu Santo el que nos da nuevas palabras fraternales y serviciales para ello. Desde esa mirada cada una de nuestras actividades diarias debe aportarnos en ese propósito y cada una de nuestras expresiones deben servirnos de insumos para cumplir dicho plan divino a cada instante en donde el mismo Creador esta anhelando que nosotros nos integremos a Él más en ocasiones no hacemos nada para ello ya que maldecimos.
Nuestras palabras fueron creadas por Él para que nos recreáramos en ellas, sin embargo nuestro lenguaje producto del pecado se hizo limitado a dicha realidad y nuestros imaginarios finitos, solo logran capturar lo que perciben nuestros sentidos, por lo que si nos proponemos visionar nuestras vidas desde Su Palabra todo cobrará mayor sentido. Cada expresión por insignificante que nos parezca puede cobrar un nuevo sentido si nos proponemos estar acorde a esa visión celestial de integrarnos desde nuestras expresiones, pensamientos y acciones para con Él a través de esta Su obra.
Por ende hasta una celebración de onomástico en donde degustamos de un pastel nos simbolizará por ejemplo que el concepto de placentero que viene de placenta es mucho más que un ritual de festejo para conmemorar nuestro nacimiento, siendo un mensaje claro que al venir de una placenta, ese es un lugar sagrado que nos albergó para integrarnos a través de la vida gracias al aporte y soporte de nuestros padres, acto, palabra, interacción e interrelación que nos llama a cumplir con ese propósito divino.
Etimología que a su vez nos ayuda a comprender que cualquier palabra venga del latín o del griego πλακοῦς o de otro lenguaje nos habla más que de una cosa y su forma o plano: de la vida, esa que Él nos otorgó y de la cual parece nos olvidamos por seguir dejando que nuestras palabras e imaginarios se recreen en alucinaciones que roban hasta nuestra tranquilidad y que como mercancías nos consumen cuando en cada entorno Él mismo nos entregó los insumos para vivir conforme a su Palabra. Desde esa perspectiva cada queja nuestra denota no solo desconfianza, duda sino que estamos desconectados totalmente de nuestro Padre Celestial y de todo lo que Él a cada instante nos ofrece.
El Texto de Textos nos revela en Romanos 1:22, “Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Creador incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles”.
Oremos para que la Palabra del Creador sea la que nos guie.