Mi Kabbala 1 Tishrei, 5784 – Sábado 16 de septiembre del 2023. 

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El Texto de Textos nos revela en Génesis 1:5, “y llamó el Creador a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día”.

Cada AMAnecer el Creador nos regala más de 1400 nuevos instantes llenos de enseñanzas, los cuales regularmente despreciamos desperdiciándoles, obviándoles además como oportunidades de crecimiento para acercarnos más a Él como fuente de luz, de vida, siendo necesario que sea ese tiempo y sus cuentas el que nos recuerde en cada nuevo ciclo, como Adar אֲדָר, que debe buscar ese sentido transcendente, en donde cada instante, Presente, nos ofrece esa guía para reconocernos como sus hijos: eternos. 

Es así como cada signo, cada letra, cada palabra se suma en ese propósito divino de retornar a Su lado, quizá por ello la letra hebrea yod, nos propone como analogía a través de la palabra yad יד, mano, ya que esta letra tiene la forma de un dedo meñique, que todo cuenta y como yod, como signo pequeño que algunos antiguos escribas omitían, debemos reconocer que hasta el más mínimo detalle o palabra de nuestras coexistencias contará de allí la necesidad que sea Su Palabra, en toda su dimensión la que al ser colocada en nuestras manos nos guie y nos lleve a que valoremos todo, alabándole.

Festividades como el Rosh Hashana nos invitan más que a mirar hacia el futuro o a considerar el pasado, a revisar permanentemente en este presente nuestra relación con el Creador para aprender de nuestros errores reflexionando el cómo podemos mejorar, creando nuevos propósitos personales, siendo estos tiempos de año nuevo un espacio más que para rituales de limpieza espiritual tiempos de priorizar la oración y lectura de la Palabra como guía para que así el Espíritu Santo cual shofar nos llame a despertar y dejar atrás nuestros pecados ya no a través del Tashlikh o descarte, sino de la corriente de ríos de agua viva que nos ofrece nuestro Señor Jesucristo.

Cada tradición con sus ritos nos llama a repetir una serie de actos o palabras cual bendiciones de Rosh Hashaná incluso acompañadas por velas, vino y el jalá o pan, lo cual no descalificamos, más si a cada instante se nos otorga un nuevo espacio de vida para gozarnos no solo de manzanas remojadas en miel, que visionan la esperanza que debemos tener, sino quizá la necesidad de ser guiados por su Palabra, la que además de las 613 Mitzvá  מצוה o mandatos, cual semillas nos llama a nutrir nuestras relaciones con la dulzura de su amor para vivir conforme a ese Su plan de vida.

Los creyentes debemos entender que gracias a esos puntos de luz divinos: líneas, signos, palabras se nos otorgan unas enseñanzas que guían nuestras vivencias para con ellas corregir aquellos errores fruto de nuestros egoísmos y alejamiento divino, enmendando estos con aquellas personas afectadas por nuestras acciones u omisiones para que esos nuevos días sean fructíferos retroalimentándonos gracias a esas luces, para que al final de nuestro calendario, nos permitamos vivenciar el otoño de nuestras vidas y renovarnos constantemente con los nutrientes espirituales que nos incitan a no borrar con nuestras manos y acciones ni una pequeña jota de las enseñanzas de nuestro Señor y Salvador.

El Texto de Textos nos revela en II de Tesalonicense 3:1, “por lo demás, hermanos, orad por nosotros, para que la palabra del Señor corra y sea glorificada, así como lo fue entre vosotros, y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe”.

Oremos para que no obviemos nada de la Palabra del Creador.

Mi Kabbala 1 Tishrei, 5784 – Sábado 16 de septiembre del 2023. 
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