Mi kabbala – 10 Tevet 5784 – Domingo24 de diciembre del 2023

¿Abstinencia?

El Texto de Textos nos revela en Esdras 8:23, “así que ayunamos y oramos a nuestro Creador pidiéndole su protección, y él nos escuchó”.

Al caminar halak הָלַךְ, a través de este mundo en donde proliferan los deseos, al no satisfacer algunos de ellos caemos regularmente en aflicción, lo que quizá implica otra dificultad para entender que ejercicios sanos cómo el ayuno, que relacionan nuestra vulnerabilidad y fragilidad con las necesidades de nuestras vidas nos llaman a una nutrición integral pero ahora guiada por nuestro Creador para obtener esa fuerza que nos hace sentirnos parte y por ende útiles, obviando así esa dimensión del consumo y las pasiones que solo no llena de más y nuevas insatisfacciones.

El pueblo judío celebra por ello el ayuno de Asara Betevet,  עשרה בטבת o el diez de Tevet como una fecha para quizá motivarnos como creyentes a aminorar nuestra dependencia a lo material, gracias a comprender al conmemorar el final del sitio de Jerusalén en el año 425 a.C. por Nabucodonosor, Rey de Babilonia, que lo logro en treinta meses después de la destrucción del primer Templo de Jerusalén y que con llevo además 70 años del exilio babilónico, la importancia de depender solo del Creador y su sustento.

Yohdh י como decima letra al complementarse con he’ la quinta y waw la sexta, nos presenta según la gematría en expresiones como Yohdh-he’ o Yohdh-waw a nuestro Creador como alimento por lo que esa ayuno que comienza cuando sube el alba y termina a la noche con la salida de las estrellas que es Él quien nos ilumina y usa su creación para acercarnos y que retornemos a Su lado, dejando así de girar en torno a nuestros egos y a deseos que de allí se desprenden, distanciándonos más y más del plano espiritual al regirnos por normas contradictorias que simplemente nos convierten en esclavos de dichos placeres y por lo tanto, en seres vacíos que queremos llenarnos solo de alucinaciones.

El ayuno חעניח, ta‘anith, humillar, más que afligirnos implica revisar si dicho cuerpo lleno de deseos predomina o si podemos vincularnos a través de él con el Espíritu Santo distanciándonos así de tantos intereses personales, como de todo lo que nos une a esos objetivos mercantiles que vemos como comunes, pero que realmente son individuales y egoístas, de allí que ese ayuno se deba acompañar de oración la cual nos debe ayudar además a pensar en el por qué y para qué de la vida, en esa búsqueda de acercarnos y unirnos con el próximo como también con el Creador.

El numero diez ‘esher, עשר nos incita también a ayunar, acompañado este de las plegarias y lecturas bíblicas especiales del día, las cuales nos sirven a la vez para realinear nuestra atención hacia el Espíritu y sus senderos altruistas. Y aunque supongamos que coexistimos en un ambiente espiritual vale la pena cuestionarnos más a diario en la búsqueda de convertirnos en seres integrales de esos que saben que sus causas principales les llevan como humanos a dejar a un lado ese sometimiento y dependencia de lo material para que sea el reino de lo Espiritual nuestro gran propósito.

El Texto de Textos nos revela en Romanos 10:11, “Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado.12 Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; 13 porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”.

Oremos para que nuestros ayunos nos inciten a desear menos y servir más.

Mi kabbala – 10 Tevet 5784 – Domingo24 de diciembre del 2023
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