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Mi Kabbala – 12 Tevet 5784 – martes 26 de diciembre del 202

¿Misericordiosos?

El Texto de Textos nos revela en II de Samuel 24:14, “entonces David dijo a Gad: En grande angustia estoy; caigamos ahora en mano del Creador, porque sus misericordias son muchas, mas no caiga yo en manos de hombres”.

Debemos entender la misericordia como un atributo divino que nos enseña a tener consideración, amabilidad, pero sobre todo perdón para con los otros, dejando de juzgar y descalificar a quienes debemos comprender antes que condenarles, ya que nuestras acciones y omisiones son similares. Errores jattáʼth, חטא producto del pecado que está en nosotros, así que esa piedad para con esos otros, es también para con nosotros, que al vivir alejados del Creador reproducimos esa genética desobediente, que se retroalimenta todos los días del árbol del conocimiento del bien y del mal.

Toda virtud jayil, חַיִל, parte de esa misericordia que se cultiva día a día y que no debe confundirse con la lastima hacia alguien, sino más bien con el estar dispuestos a cambiar nuestra esencia pecaminosa y desobediente y luego sí con nuestro sano ejemplo acompañar a esos otros que como nosotros cometen equivocaciones diarias incluso sin reconocerlas y por ende tampoco poder enmendarlas, cultivando esa bondad en nuestros corazones accionando esta para llevar ese bienestar también a todos esos seres que siendo nuestros próximos percibimos incluso como opositores.

Pacto בְּרִית berít, del Creador que nos guía hacia ese estado armónico en donde las emociones nos denoten que cogobernamos nuestro ser gracias a ese fluir amoroso divino que debemos irradiar en nuestros entornos para que estos además nos permitan el construir puentes con todos los seres vivos, de tal forma que nos reconectemos a través de ellos a Él y desde una perspectiva irradiemos desde nuestro ser esa perfecta armonía Creadora, la cual rige este universo, pese a que los humanos seguimos haciendo parte de otra realidad egoísta y materialista.

No es gratuito que el Árbol de la Vida, nos invite a ver en los niveles y caminos que nos manifiesta el Creador a través de dichos misterios, dichas oportunidades, lo que significa que Jesed como Misericordia, Chesed, חסד, o Gedulah, גדול, o cuarta Sefirá, que sitúa para los estudiosos debajo de Chokmah represente de alguna forma el deseo de compartir incondicionalmente, así como la voluntad de dar todo de nosotros mismos, visionando así una generosidad sin límites, lo que se traduce en que la palabra hebrea: Hesed que encontramos en la Torá nos motive siempre a una extrema compasión.

Oseas הוֹשֵׁעַ, Hōšēaʿ, como profeta nos denoto que nuestra Salvación se da gracias a la misericordia divina que como acto gratuito y espontaneo denota esa bondad que debemos irradiar ya que nos guiar al punto de llamar a aportar antes que a apartarnos, por lo que estamos llamados a dar a nuestros próximos de aquello que creemos poseer para que gracias a nuestras propias vivencias estos reciban de esa Luz divina que integra al todo, así que hablar de Divina Misericordia como devoción cristiana nos incita a pedirle a nuestro Señor Jesucristo que nos permita aprender de la bondad y amor desinteresado que Él nos proyectó y que está implícito en los evangelios que de Él hablan.

El Texto de Textos nos revela en Marcos 9:35, “entonces Jesús se sentó, llamó a los doce y les dijo: – Si alguno quiere ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos”.

Oremos para poder aprender y compartir la misericordia divina.