Mi Kabbala – 13 Kislev 5784 – Lunes 27 de noviembre del 2023

¿Cruzar?

El Texto de Textos nos revela en Isaías 60:11, “tus puertas estarán de continúo abiertas; no se cerrarán de día ni de noche, para que a ti sean traídas las riquezas de las naciones, y conducidos a ti sus reyes.”

Los creyentes aceptamos que nuestro Señor Jesucristo es la puerta y el camino para retornar al cielo, con todo y ello parece que no entendemos el cómo cruzar por dicha puerta generando contradictoriamente con nuestras acciones el cierre de otras puertas, siendo necesario que comprendamos gracias al alfabeto Hebreo y su cuarta letra Dalet ד, que representa no solo la estabilidad de la creación proveniente de Bet, sino la penetración en la materia densa que empobrece la luz o sea el Infinito en Dalet, que dicha puerta estrecha solo se puede cruzar gracias a esa fe que se denota amando a nuestros próximos.

Perspectiva que nos induce además a visionar ese cuarto día y su correspondencia a la aparición de la luz como a la vez el ciclo de las estaciones con los días y los años, proceso que separó la luz de las tinieblas, relacionando así las funciones de la materia con sus cuatro elementos, esos que se encuentran en todas las cosas del universo, por lo cual Dalet nos indica también un lugar para todo en donde cada uno de nosotros debemos crecer dentro de una familia, sociedad, para cruzar ivrí ,עברי ese umbral hacia el cielo.  

Insumos que nos forman y nutren, que nos hacen crecer, nos aseguran, nos establecen pero a la vez nos limitan, por lo que desde otra lógica todo nos incita a tomar consciencia de las contingencias, de las reglas y de las restricciones, teniendo en cuenta que el mismo trazado de cada signo lingüístico simboliza ese equilibrio y estabilidad que en este caso nos indica dicha puerta, con su marco, que como objeto principal de toda casa, santuario o hasta ciudad, nos permite inducir que Dalet aun a través de una luz titubeante o hasta débil es una apertura o salida o hasta un cambio de ambiente que conduce al cielo maim מָים.

Mardoqueo מָרְדֳּכַי‎, en aquella puerta orando por Ester nos llama como creyentes a percibir a través de Dalet esa toma conciencia dejando de observarnos en el exterior de una casa para hacerlo desde su interior para cruzar esa puerta celestial, abertura que también nos lleva a atender las fuerzas del infinito a través de la naturaleza y que como analogía nos reitera que debemos visionar en nuestros labios y boca también esa apertura para dejar de mal decir y percibirnos iluminados por un sol que solo refleja nuestra pobreza, indigencia y debilidad que cogobiernan un mundo que sin la Luz de la Creación nos proyecta vacíos.

Desde la conciencia del ego vemos otra puerta para nuestra retirada, para el abandono, el trabajo doblegado por la especulación racional o el sometimiento por la fuerza. Realidades que siendo más subjetivas iluminan el reflejo de lo material, obviando que aunque el universo creado, formal y material, existe hay otra base de todas las creaciones y de todos los objetos que es divina. Así que aceptando esa salvación abramos a través de nuestras fraternales palabras todas las puertas de corazones que llenos de críticas, juicios, quejas, reclamos o sentimientos adversos, necesitan de la luz del Creador para salir del vacío y oscuridad de sus tinieblas y entender que Él es esa puerta estrecha.

El Texto de Textos nos revela en Juan 10:9, “Yo soy la puerta; el que entre por esta puerta, que soy yo, será salvo”.

Oremos para que nuestra boca solo se abra para bien decir de todo y de todos.

Mi Kabbala – 13 Kislev 5784 – Lunes 27 de noviembre del 2023
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