Mi Kabbala – 14 Kislev 5784 – Martes 28 de noviembre del 2023

¿Nombres?

El Texto de Textos nos revela en Malaquías 3:16, “entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los que piensan en su nombre. 17 Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve. 18 Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre el justo y el malo, entre el que sirve al Creador y el que no le sirve”.

El concepto de nombre, HaShem  השם, nos recuerda que estos son conductos para recibir de Su luz y por ello estos nos conectan lo que implica que debemos estar a la altura de su significados el cual debemos descubrir para honrar esta denominación que no en todos los casos nos describen como tal pero si nos acercan a los demás, probablemente por ello la Biblia nos denota cómo el pueblo de Israel fue digno de salir de Egipto debido a que no cambió sus nombres, es decir, que gracias a ellos cada quien corrigió su existencia y atributos según su propio potencial ya que nuestros nombres tienen que ver con nuestro progreso espiritual incitándonos a elevarnos a un nivel más alto.

José  יוסף, quien era parte de los doce hijos de Israel llego a Egipto y allí el mismo faraón le dio como esposa a Asenat, quien le dio a: Manasés מְנַשֶּׁה, nashah, olvidar y a Efraín, אֶפְרָיִם, parah, fértil, que le recordaron siempre que el Creador le había hecho fructífero, hifrani, en la tierra de su aflicción, lo que nos enfoca como creyentes al bautizar a un recién nacido a darle a ese ser dicha motivación para buscar del Creador fruto de esa reiteración nominal que debe posibilitarnos esa conexión especial con Él y sus propósitos.

Cada nombre contiene esa insinuación divina para que al ser llamados nos reorientemos hacia el reino de los cielos, atendiendo esa fuente de su Haz de luz que está allí en nuestro interior para guiarnos a través de Su amorosa presencia, lo que implica que al expresar este nombre, construido con algunas de las veintidós letras del alfabeto Hebreo (עבר, heber, cruce) esas chispas de Luz de Su palabra iluminará nuestro lenguaje, para que no sigamos esclavos de la dimensión terrenal en donde la oscuridad y el vacío predominan.

Inténtenos a diario desde esos llamados el darnos a la tarea de acercarnos más y más a esa fuente espiritual haciéndonos uno con Él אֶחָד, ejad, ya que gracias a ello cada interacción podrá servir también para reconectarnos como hermanos con el mismo Creador a través de Su obra para que así gracias a esa visión divina cada una de nuestras palabras, siguiendo sus recomendaciones nos sean útiles en esos propósitos celestiales, que confundidos por usar otro tipo de seudónimos o apodos gracias a un lenguaje que nos desvía de nuestros verdaderos senderos usando mal tan bello instrumento de vida.

Aproximarnos נגש nagash a su unidad implica usar correctamente dicho insumo en vez de obviar su influencia dejándonos guiar por otras fuerzas con propósitos diferentes al de sabernos sus hijos. Él nos llama y por ende ese nombre עבר, heber, implica a la vez un cruce, hacia el otro lado, el suyo, acercándonos a Él gracias a todo lo que nos rodea sabiendo que nuestro corazón, acciones, palabras, pensamientos, emociones e interacciones nos unen a Él de forma permanente fruto del buen uso de nuestro lenguaje.

El Texto de Textos nos revela en Apocalipsis 2:17, “el que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré del maná escondido y le daré una piedrecita blanca, y grabado en la piedrecita un nombre nuevo, el cual nadie conoce sino aquel que lo recibe”.

Oremos para que nuestro nombre asimile los llamados de la Creación.

Mi Kabbala – 14 Kislev 5784 – Martes 28 de noviembre del 2023
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