Mi Kabbala – 13 Shevat 5784 – miércoles 24 de enero del 2024

¿Distraídos?

El Texto de Textos nos revela en I de Samuel 2:30, “por tanto, el Creador Señor de Israel dice: Yo había dicho que tu casa y la casa de tu padre andarían delante de mí perpetuamente; mas ahora ha dicho el Creador: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco”.

Se dice que el acto de crear implica en sí mismo una organización que a su vez desemboca en una serie de planes, preceptos y normas para lograr que todo lo creado coexista armónicamente, pero debido a nuestro libre albedrio, al ser a imagen y semejanza del Creador, tuvimos la posibilidad de decidir el cómo hacer parte de esa creación, lo que indudablemente nos llevó a desobedecer el programa original que nos diseñó Él, para vivir de una forma arbitraria, escogiendo en contra de su voluntad el vivir destruyéndonos al recrearnos en lo que no tiene sentido, es por ello que dicho plan divino incluye una serie de procesos, etapas, dimensiones o mundos, siendo este, נָ֫עַל naál zapato, el inicio.

Bien se piensa que nuestro cuerpo solo nos proyecta la punta inferior del alma,  נָ֫פֶשׁ néfesh, la cual coexiste en esos cinco mundos o niveles del alma, ya que en todos esos procesos el alma asciende por esa especie de escalera que une los mundos superiores con los inferiores como lo soñó Jacob, Haz de luz que afecta nuestro nivel de conciencia para que no sigamos desubicados al alimentarnos del árbol del conocimiento del bien y del mal. Seguir enfocándonos en deseos egoístas solo nos aleja más de esa fuente primaria de Luz y vida: el Creador y de su aliemto ruaj, שמר.

Hálito, נְשָׁמָה neshamá, que se encuentra en todo lo que nos rodea, de allí la importancia de atender las manifestaciones del Creador, lo que implica saber escucharle, para lograr una apertura sensorial y así acercarnos a percibir esa invitación celestial que clama a través de nuestros mismo sentidos que están abiertos al mundo para capturar otra información, la divina y aprender de ella. Con tacto podemos tener mesura al respecto de nuestros entornos, olfateando mejor todo, logrando escuchar las alertas que nos previenen de lo incoherente para poder saborear con buen juicio el día a día nutriéndonos de Su palabra, la que guía nuestra visión.

Para usar sabiamente nuestros sentidos o receptores exteriores los judíos usan prendas como el Tallit katán, טלית vestimenta interior con flecos que cual poncho con un agujero para la cabeza y con flecos especiales torcidos y anudados unidos a sus cuatro esquinas. Tzitzit que tiene un valor numérico de 600 y que junto a los ocho hilos y a los cinco nudos de los flecos equivale a 613, los mitzvot para recordarnos lo que debemos hacer y no en pro de nuestro desarrollo espiritual, para lo cual debemos ser más espirituales dándole a nuestra razón esa perspectiva divina gracias a la guía del Espíritu Santo.

El concepto de Jayá, הָיָה nos reitera que nuestra alma esta conectada con ese nivel de conciencia que puede ver la realidad de una forma diferente, ya que el mundo físico es solo una sombra de toda la realidad, por eso no percibimos desde nuestras inconciencias la verdadera espiritualidad, siendo necesaria esa cuerda o haz que nos permite el discernir mejor lo que nos sucede para que ya no sean algunos deseos mundanos los que nos manipulen, sino que logrando un sentido trascendente tengamos la claridad mental para ir escalando en buenas obras producto de nuestras diarias oraciones.

El Texto de Textos nos revela en Efesios 5:17, “por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”.

Oremos para que nuestras trasformaciones interiores proyecten cambios exteriores.  

Mi Kabbala – 13 Shevat 5784 – miércoles 24 de enero del 2024
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