Mi Kabbala – 20 Tevet 5784 – martes 2 de enero del 2024

¿Genética?

El Texto de Textos nos revela en Éxodo 4:22, “entonces dirás a Faraón: Así dice el Creador: Israel es mi hijo, mi primogénito”.

Somos parte de una familia משפחה, mishpajá y por ello las genealogías Bíblicas nos hablan de esa línea genética que inicia con Adán y Eva y que con sus variantes nos permitiría si hiciéramos una revisión exhaustiva de nuestros ancestros gracias a nuestro árbol genealógico entender que nuestros padres, abuelos, bisabuelos, tararabuelos, choznos, pentabuelos, hexabuelos, heptabuelos, octabuelos, nonabuelos y decabuelos, hacen parte de ese mismo núcleo divino que por dicha extensa lista desconocemos pero que corroboran esa nuestra realidad filial.

La cronología Bíblica nos denota que después del diluvio los hijos de Noé, ancestros nuestros, iniciaron un nuevo ciclo para nuestra especie humana, perspectiva que nos lleva a entender que hacemos parte integral de todos los aciertos y desaciertos de nuestros antepasados, por lo cual, deberíamos empezar a dejarle a las nuevas generaciones otra hoja de ruta con lo mejor de nosotros o de lo contrario las próximas diez generaciones directas nuestras, probablemente y como nos está sucediendo, serán más que dominados por la incertidumbre de seguir alejados de Él en vez de retornar a casa בַּיִת bait.

Morada Celestial que es nuestro legado, para retornar a ella al superar todo ese conjunto de situaciones, circunstancias, cosas, ideas, costumbres, creencias y tradiciones que hemos recibido de estos ancestros y que desde el pecado de Adán sigue siendo nuestra mayor tarea, lo que implica denotarles a nuestras crías que existe un ámbito espiritual que hemos descuidado y el que deben desarrollar como prioridad, en vez de seguir enfatizando en avances materiales mercantiles que solo nos distraen de este tipo de búsquedas interiores que deberían ser el énfasis a heredar linjol – לִנְחֹל.

El libro de la vida contiene ese árbol genealógico y nuestro ADN debe servirnos para entender que esa historia genética que nos conforma con sus pro y sus contra, será mucho mejor si tenemos como referencia al Árbol de la Vida: nuestro Señor Jesucristo, quien debe convertirse en modelo, objetivo y guía para retornar al lugar de donde nos separamos originalmente y para lo cual necesitamos no solo dejar de retroalimentarnos del conocimiento sino a través de nuestra fe, relacionarnos con su Espíritu Ruaj,רוח.

Efrain, אֶפְרָיִם Ephráyim, fructifero, nos reitera que nuestras luchas, guerras, hambres y dificultades históricas no son más que llamados de atención para sabernos familia por lo que hay que hacer un viraje y reorientarnos con todas nuestras fuerzas hacia el amor, así que las alegrías y estímulos fraternales que también heredados de ellos, deben ser nuestras nuevas herramientas para que quienes continúen el sendero de lo humano después de nosotros encuentren motivos no solo para agradecernos sino para seguir perpetuando nuestra estadía en esta tierra pero como verdaderos hijos del Creador.

El Texto de Textos nos revela en Filipenses 2:5, “haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma del Creador, no estimó el ser igual al Creador como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.

Oremos por nuestros ancestros siendo gratos para con todos sus esfuerzos.

Mi Kabbala – 20 Tevet 5784 – martes 2 de enero del 2024
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