Mi Kabbala – 20 Tishrei, 5784 – Jueves 5 de octubre del 2023

¿Vivencias?

El Texto de Textos nos revela en Deuteronomio 4:39, “Reconoce y considera seriamente hoy que el Señor es el Creador arriba en el cielo y abajo en la tierra, y que no hay otro”.

El Árbol de la Vida nos habla de varias dimensión, siendo la terrenal una imagen que nos revela en su parte superior, el Ain Sof, infinito, que algunos confunden con la Nada, siendo todo parte de Su esencia que se despliega como Luz y se recrea sobre sí misma para abrirse paso desde adentro: contracción, hacia fuera, promoviendo una expansión, en donde la energía busca el cómo establecerse y crear: Bara בָרָָא, nos promueve toda una sabia, compleja y perfecta ecuación que visionamos como manifestaciones, destellos de esa Luz que nos guían hacia ese crecimiento que implica el reintegrarnos a Él.

Ideas abstractas que plasmadas en las diez Sefirot nos reproducen un imaginario en donde desde esa cumbre o corona de dicho Árbol, Kether כתר, nos habla de todo lo que fue, es y será, una lógica que nos propone que para esta creación se necesitó de un descenso del rayo de Luz proyectado cual diez emanaciones que nos proponen en sus veintidós caminos una evolución espiritual que debemos recorrer en la búsqueda que ese itinerario de ascenso y sus ciclos o fases nos vayan revelando e iluminando esa nuestra misión terrenal.

Como imagen el Árbol presenta a su lado a Maljut מלכות, deseo, a la Tierra, reino de nuestro mundo en donde se enraíza el rayo, constituyendo la luz divina como presencia del Creador en la materia, emanación que nos vincula a cada uno de los atributos del Creador tras una perspectiva que como analogía nos articula como seres humanos con nuestra anatomía y a la vez con cada etapa de nuestra autorrealización dentro de este camino espiritual, ya que somos un todo que se integra a Él a través de sus vivencias, por ello los números, planetas, plantas, animales, colores y hasta metales nos dan pistas a través de cada Sefirot.

Samuel shamá ,שָׁמַע como profeta nos recuerda que despreciamos al único Rey y señor, su Luz y guía, tras otras búsquedas en las que desafortunadamente nos enfocamos, obviando incluso esa perspectiva divina holística del mismo universo que no logramos decodificar con sus misterios al no dejarnos guiar por el Creador, Su Palabra y su Santo Espíritu, visión que nos sigue otorgando desde ese rayo de luz, Su imagen a través de la cual se grafica ese Árbol nuestro Señor Jesucristo el cual nos denota a través de Su amor esas manifestaciones o revelaciones del Creador enfocándonos en nuestras raíces, nuestra esencia y estructura gracias a esas ramas, que también se reproducen como caminos.

Nuestro ascenso progresivo requiere que asumamos todas esas diarias experiencias propias y ajenas y aprendamos a maniobrar nuestra voluntad, la cual contiene toda la información que puede iluminar nuestro entendimiento para comprender que nos debemos a una esencia, nuestra alma y que a medida que nos acercamos a esos niveles psico espirituales, logramos darle sentido a todo lo que nos acontece, por lo cual la Biblia es nuestra principal fuente y guía, tal como nos lo expresaron profetas como Ezequiel cuando evocó esos cuatro mundos a través de esos cuatro elementos básicos de la Creación, diagrama que nos recuerda también apartes de cómo funciona lo creado, siendo necesario el alinear nuestra voluntad hacia dicha interdependencia.

El Texto de Textos nos revela en II de Corintios 10:3, “Pues aunque vivimos en el mundo, no libramos batallas como lo hace el mundo”.

Oremos para que el Espíritu Santo ilumine nuestro entendimiento.

Mi Kabbala – 20 Tishrei, 5784 – Jueves 5 de octubre del 2023
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