Mi Kabbala – 23 Adar 5784 – Domingo 3 de marzo del 2024

¿Mensajes?

El Texto de Textos nos revela en Daniel 4:17, “Esta sentencia es por decreto de los vigilantes, y la orden es por decisión de los santos, con el fin de que sepan los vivientes que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y se lo da a quien le place, y pone sobre él al más humilde de los hombres”.

Tanto profetas como ángeles acompañan nuestras realidades espirituales, sin embargo poco o nada comprendemos ello, debido a que esos seres àngeles, malaj, מַלְאַךְ o mensajeros, no les reconocemos debido a que se disfrazan igualmente de humanos para mostrarnos que entre cielo y tierra no hay nada oculto ya que el Creador usa la misma naturaleza para reorientarnos, con todo y ello hay quienes prefieren confiar en otros seres como satán, שָּׂטָן, el acusador, que aunque cumple también un rol, nos distancia y no le podremos culpar en la gran corte celestial por nuestras propias decisiones en vez de seguir los consejos de nuestro Padre y por ende vivir acorde a Su voluntad.

Bajo esa mirada y atendiendo dichos mensajes debemos ser Santos, kadosh, קדוש, de la raíz קדש, separados, visión que nos invita a reconocer que el Creador nos separó con un propósito especial y sagrado, que implica que Él nos protege y aspira que nuestras vidas no sean mal manejadas, ya que hacemos parte integral de una creación, la cual nos aporta así en ocasiones nosotros queramos apartarnos, perspectiva que, requiere que nosotros seamos útiles a ese plan y cumplamos con dichos propósitos armónicos que le dan un sentido trascendente a nuestras experiencias. 

No es gratuito que en esos mensajes se nos reitere que todo nuestro cuerpo debe entenderse como un Templo, sí ese lugar que para los hebreos es el más sagrado del mundo, espacio que esta para ellos en Jerusalén, lo cual indica esa máxima expresión de: “cómo apartar algo, para así protegerlo”, siendo además este estratégicamente situado en una alta colina, en el centro de la ciudad más santa, en la tierra más santa, y en su cámara interior, en donde reside lo más sagrado: la presencia del Señor para ellos, siendo nuestro cuerpo como creyentes, ese templo para sentirnos separados, פָּלָה palah, del mundo.

Gracias a las revelaciones del Espíritu Santo entendemos que ese lugar está en nosotros, en nuestro cuerpo, templo donde se conecta Él con nuestra alma, a través de Su haz de Luz, para guiarnos rumbo a esa vida eterna de la cual nos separamos voluntariamente, siendo por ello necesario el entender nuestros actos como ofrendas, קָרְבָן qorban, para Él. Y al aceptarnos como separados y además como seguidores de nuestro Señor Jesucristo para lo cual debemos acercarnos más y más a Él a través del amor y del servicio en este plano terrenal.  

Probablemente por ello el concepto de corbán, קָרְבָּן que viene de la raíz CRB que significa acercarse, es todo un mensaje divino que nos recuerda que aunque en el pasado se requería el sacrificio de llevar un animal al altar en Jerusalén, para acercarse tanto fuese posible al Creador, nuestro Señor Jesucristo sirvió de sacrificio y hoy al alimentarnos de Él como pan de vida, de su Palabra a través de la Fe, estamos más cerca espiritualmente, siendo separados para cumplir con los propósitos para los cuales fuimos creados. 

El Texto de Textos nos revela en Mateo 7:7, “Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”.

Oremos para entender los mensajes que a diario nos da el Creador.

Mi Kabbala – 23 Adar 5784 – Domingo 3 de marzo del 2024
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