Mi Kabbala – 26 de Adar II -5784 / viernes 5 de abril del 2024

¿Sacrificios?

El Texto de Textos nos revela en Números 19:1, “El Creador les dijo a Moisés y a Aarón: «Este mandamiento hace parte de la ley que yo, el Creador, establezco: Díganles a los israelitas que traigan una vaca rojiza que no tenga ningún defecto y a la que nunca le hayan puesto yugo”.

Algunos animales como los becerros, los corderos,  שֶׂה seh, los toros, las vacas en fin, los ovinos representan para ciertas creencias simbolismos que no son nada fáciles de digerir, y quizá si pudiéramos intentar extraer algunas enseñanzas de algunos de esos ritos milenarios, valdría la pena entender incluso en época de vacas flacas o cuando las cosas no nos estén funcionando bien, que ello va más allá de culpar a la suerte, sino que nos lleva a revisarnos al respecto de cuántas palabras, pensamientos y acciones tenemos en nuestro ser que vale la pena sacar, evacuar, transformar; sí purificar para que las cosas cambien.

Desde esa mirada el pueblo hebreo celebraba por ejemplo la Pará Adumá o vaca roja פָּרָה אֲרֻמָּה, como una fiesta que contiene uno de los elementos esenciales de purificación en el Templo Sagrado en el Beit Hamikdash בית המקדש. Ello debido a que este animal es extremadamente raro, más hoy en día. Lo simpático es que de acuerdo a dichas creencias esa vaca debe ser completamente roja en todo su pelaje, además, dicho animal no debe haber trabajado nunca para poder obtener a través de ella la purificación, la misma que como creyentes se logra simplemente por la Fe en nuestro Señor Jesucristo.

Así que cuando una vaca como esta era encontrada, era sacrificada en un lugar cercano al Templo, y sus cenizas, אֵ֫פֶר, epher, mezcladas en agua y otros ingredientes, para luego ser usados estos para purificar a las personas que se quedaron ritualmente impuras por haber tenido contacto con algún cadáver. Aquella persona que era salpicada por el agua tenía que pasar por todo un proceso de purificación y al término del séptimo día estaba nuevamente pura, proceso de reflexión que nos habla del nacer de nuevo.

El precepto de la “vaca roja” se encuentra en la categoría de Jukat, חֻקַּת, decretos, o sea, leyes que no somos capaces de entender en su contexto. Y como esta celebración de la vaca roja esta más allá de nuestra capacidad de asimilación de algunas Mitzvà, מצוה, vale la pena que al asumir que en la historia del pueblo judío hubo solamente nueve vacas rojas que se utilizaron para purificar al pueblo, la décima que vendrá junto al Mashíaj, Mesías es tanto para ello como para nosotros los creyentes nuestro Rey humanado.

Ezequiel יְחֶזְקֵאל, Yejezkel, como profeta nos llama a entender que nuestra fortaleza está en el Creador y por ello, fue él quien hizo una analogía entre la vaca roja y el Mesías, por lo que como creyentes debemos intentar vislumbrar en este celebración no tanto los rituales de la misma, pero si la búsqueda de comprender la importancia de purificarnos a diario no solo a través de una limpieza física, corporal o de nuestro hogar, sino a través de sacrificios que cargados de oración, lectura de la Biblia y guía del Espíritu Santo nos alejen de ciertas palabras, pensamientos y acciones que de ellos se derivan, los cuales regularmente afectan tanto nuestras vidas como las de los demás.

El Texto de Textos nos revela en Marcos 11:17, “y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones”. Oremos para que en todo tiempo estemos puros conforme a los mandatos del Creador.

Oremos para que en todo tiempo estemos puros conforme a los mandatos del Creador.

Mi Kabbala – 26 de Adar II -5784 / viernes 5 de abril del 2024
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