Mi Kabbala – 27 Tevet 5784 – Martes 9 de enero del 2024

¿Sacrificios?

El Texto de Textos nos revela en Levítico 16:16, “así purificará el santuario, a causa de las impurezas de los hijos de Israel, de sus rebeliones y de todos sus pecados; de la misma manera hará también al tabernáculo de reunión, el cual reside entre ellos en medio de sus impurezas”.

A nuestro limitado lenguaje y finita capacidad de conocimientos le es casi imposible responderse el por qué otro ser debía pagar por nuestros pecados, sacrificio zebaj זֶֶבַח, que inicio con Adán al cubrir su desnudez con un animal que le cubrió lo cual según dicha simbología nos denota las nefastas consecuencias de aquella decisión al desobedecer, provocando que desde entonces sangre inocente tuviera que redimirnos como especie para poder alcanzar el perdón de este y otros tantos errores.

Propósito que hizo que para expiar esa nuestra desobediencia el Creador mismo eliminara la culpa o pecado a través de un tercero: nuestro Señor Jesucristo, Él mismo, que pagó por nosotros, reemplazando además ese ritual que antes se hacía en el templo y que tenía que ver con el sacrificio de un animal por su sangre. Visión que el pueblo judío, lleva a kipper קיפר, para borrar o cubrir y que en otras culturas, como las que heredamos la lengua latina, implique una especie de ofrenda que ante la paganización se ha venido realizando a una especie de seudo deidades con la intención de rendirle tributo.

Creencias que nos han llevado por ejemplo a que cada inicio del año en nuestro calendario greco-romano occidental nos fijemos muchas metas como trascendentales o prioritarias más no trascendentes quizá sin saberlo, promoviendo búsquedas mercantiles que convertimos además en ritos y  mitos que poco tienen que ver con esa realidad de desnudar nuestra alma para que sea la Luz del Espíritu Santo las que nos arrope y guie, lo que a su vez nos lleva a seguir invocando y evocando nuestros errores cuando estamos llamados a un nuevo a nuevos ciclos de vida a retornar a ese principio רֵאשִׁית.

Quizá por ello la gematria nos dice que piel, or עוֹר, como palabra que contiene las letras ayin-van-resh también nos lleva a אור Aleph-vav-resh para denotarnos que inicialmente el Creador vistió a Adán y Eva con una indumentaria confeccionada con Luz celestial, lo que como creyentes significa que esa es la meta final, por lo cual el mismo a través de Su amor nos motiva a redimir nuestro pecado original, gracias a que al hacerse hombre, Él pago en la cruz con su propia sangre, por nuestras faltas, cargándoles.

Valdría la pena que entendiendo Su sacrificio aceptásemos que ya no es necesario que ni siquiera nosotros paguemos por ese pecado pues Él ya cargó y murió por ellos, pagando שילם, por toda la humanidad a la espera que nosotros no sigamos pecando sino que nos vinculemos amorosamente a Él para así no seguir llenándonos de impurezas e inmundicias que solamente nos alejan sin razón de quien hizo todo lo divinamente posible para reintegrarnos sin exigir nada diferente a dejarnos guiar.

El Texto de Textos nos revela en Hebreos 9:9, “lo cual es símbolo para el tiempo presente, según el cual se presentan ofrendas y sacrificios que no pueden hacer perfecto, en cuanto a la conciencia, al que practica ese culto, 10 ya que consiste sólo de comidas y bebidas, de diversas abluciones, y ordenanzas acerca de la carne, impuestas hasta el tiempo de reformar las cosas. 11 Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación, 12 y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención”.

Oremos para que nuestros diarios sacrificios correspondan al suyo.

Mi Kabbala – 27 Tevet 5784 – Martes 9 de enero del 2024
Scroll hacia arriba