Mi Kabbala – 4 Tishrei, 5784 – Martes 19 de septiembre del 2023.   

¿Árbol?

El Texto de Textos nos revela en Genesis 2:9, “Y el Seños nuestro Creador hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer; asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal”.

Cada signo, letra, palabra, versículo del Texto de Texto nos llena de representaciones que nuestra alma interpreta con un significado, común, fruto del lenguaje, siendo necesario el asimilar otras perspectivas que le den a las mismas letras hebreas yód י, he ה, vavו ‏, algo más que un nombre YHWH, Yhavé, Jehova יהוה para entender en esas señales ese todo en el que nos recreamos a diario, logrando a partir de esos signos el acercarnos a esa otra realidad celestial gracias a esa Su Palabra, la misma que nos posibilitará que nuestras palabras cobren un nuevo sentido en pro de integrarnos a Él a través de Su obra.

La movilidad e intercambio de estas letras a partir de dicha raíz, forjo con Su luz nuevos conceptos, frutos de esa palabra que alimentan y le dan un sentido a nuestras vivencias, por ende de esas raíces, surge un árbol Etz y de allí un Hueso Etzem, asi como otra serie de conceptos que nos sirven para entender que es esa estructura lingüística la que con su narración consolida lo que visionamos como realidad, siendo indispensable atender la esencia de esta etimología para comprender nuestra propia movilidad que como estructura física depende del Árbol de la Vida, Yeshúa יֵשׁוּעַ, estructura espiritual.

Comprender en su totalidad estas señales comunicacionales debe reorientarnos para leer en esos signos y sus diferentes combinaciones esos atributos divinos que se articulan a nuestro ser y al mismo universo, proyectándonos de tal forma que logremos una relación de interdependencia entre Él y todos los elementos de la creación, lo que explica por ejemplo, que la palabra Sefirot  ספירות o Sefirá, emanaciones, que proviene de la raíz Mispar y que significa número, nos lleve a través de dicha analogía a percibir en cada signo un nuevo valor que nutra nuestro entendimiento con esa sabiduría, para posibilitarnos asumir nuestras coexistencias a través de esta guía.

Son las Sefirot una especie de diagrama que con sus senderos nos otorgan insumos para interpretar mejor esas chispas de ideas que se reproducen en nuestras mentes, lo que a su vez nos denota en esas diez dimensiones, el mismo funcionamiento de nuestras vidas y los canales a través de los cuales esa Luz del mundo infinito se articula al mundo en el que coexistamos, siendo esas Sefirot un trasformador de esa energía que se manifiesta de diferentes formas, hasta que reconozcamos su verdadera esencia, siendo entonces indispensable que ajustemos Su Palabra a las nuestras enfocándonos así en bien decir.

Profetas como Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel nos llaman continuamente a profundizar en la Palabra del Creador, en la Tora para a través de ella ser guiados, alimentándonos de esos nutrientes del Árbol de Vida, nuestro Señor Jesucristo, salvador, que nos propone a través del amor ese principio de nuestra raíz interrelacional, lo que implica que todos los signos lingüísticos pese a sus limitados y finitos conceptos nos proyectan esa necesidad de llenar nuestros imaginarios mundanos que esa simbología fraternal.

El Texto de Textos nos revela en Apocalipsis 22:1, “Y a cada lado del río estaba el árbol de la vida, que produce doce clases de fruto, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol eran para sanidad de las naciones”.

Oremos para nutrirnos a diario del Árbol de la Vida: Jesucristo.

Mi Kabbala – 4 Tishrei, 5784 – Martes 19 de septiembre del 2023.   
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