Mi Kabbala – 3 Tishrei, 5784 – Lunes 18 de septiembre del 2023.   

¿Entendimiento?

El Texto de Textos nos revela en Proverbios 2:5, “porque el Señor da la sabiduría; conocimiento y ciencia brotan de sus labios”.

Las palabras componen ese código que en su trasfondo señala un objetivo espiritual en donde cada signo lingüístico nos ofrece una situación única, que corresponde con cada objeto imaginado de nuestro mundo para una integración con esa raíz superior la cual lleva implícita esa esencia del Creador, sus manifestaciones, lo que implica que esa Luz nos llame a ser parte, para asumir esos Sus atributos descritos por esas letras hebreas cual senderos que al entenderle, nos iluminan e integran, siendo por ello ese Árbol de la Vida y sus Sefirot ספירות como emanaciones, una posibilidad de reconocernos más allá de ese lenguaje limitado y cifrado que le da a cada palabra, un concepto del cual se desprenden esos imaginarios que proyectado por las mismas chispas de luz solo nos reproducen ideas.

Nuestra alma interpreta su realidad, la cual comparte con otros seres gracias a unas mismas vivencias, luces que por estar alejadas de Su Palabra solo reproducen alucinaciones egoístas, siendo necesario que a través de Su Espíritu nos reconectemos con Él a través de esos destellos de su Haz de Luz, que iluminan nuestras oscuridades, las mismas que se magnificaron para la humanidad con la confusión de las lenguas de Babel, siendo necesario el transformar con ella nuestro lenguaje, lo que implica no solo releer los textos Bíblicos, hasta iluminar nuestras mentes como creyentes para que esos versículos nos guíen.

Aceptar que somos producto de una narración: de esa Palabra del Creador, convertidas en energía de vida que le dan movilidad al mismo universo, nos debe motivar a releer a diario la Biblia para comprender que desde su primera letra y palabra: bereshit בְּרֵאשִׁית, como encabezado, en su raíz nos lleva al término  rosh ראש, cabeza, como una invitación a usar ese asiento del intelecto y del entendimiento, núcleo de nuestra identidad humana para comprender mejor Su Palabra, ya que al ser a Su imagen nosotros, esclavos de nuestras mentes debemos usar esa cabeza para que la Palabra se tome nuestro corazón y vida.

Fuimos creados por Su palabra, demut, דמות, lo que explica que desde Adán אדם, se combinan esos signos lingüísticos y dichos movimientos nos llevan a dam דם, a nuestra sangre, la que se contamino al desobedecer en el Jardín del Edén, profanando esa semejanza divina y desatando una confusión que reprodujo el pecado sobre todo nuestro linaje, dejando de recrearnos en su Palabra, por lo cual la tarea actual es lograr con esas mismas 22 letras o símbolos, combinarles mejor para consolidar nuevos imaginarios que nos otorguen unas interrelaciones e intercambios comunicacionales armónicos.

Esa sangre dam, de nuestro Señor Jesucristo, segundo Adán, derramada en la Cruz, nos devolvió esa semejanza divina demut, para que así nuestra vasija mental que recibe la luz de esa Palabra del Creador sea la que nos refleje a través de ese utensilio corporal, el surgimiento a lo que reconocemos como nueva vida, necesitando de esas combinaciones y movimientos divinos decodificados, para recrearnos ya no en proyecciones lingüísticas humanas que traducimos en imaginarios sonoros, sino en otra realidad y una nueva verdad.

El Texto de Textos nos revela en Juan 1:7, “Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”. 

Oremos para que la palabra del Creador ilumine nuestro diario entendimiento.

Mi Kabbala – 3 Tishrei, 5784 – Lunes 18 de septiembre del 2023.   
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