¿Repeticiones?
El Texto de Textos nos revela en Deuteronomio 11:20, “y las escribirás en los postes de tu casa, y en tus puertas; 21 para que sean vuestros días, y los días de vuestros hijos, tan numerosos sobre la tierra que Jehová juró a vuestros padres que les había de dar, como los días de los cielos sobre la tierra”.
La Biblia nos invita a intentar leer y releer sus mensajes, pero a la vez a llevar esta información casi que inscrita en cada célula de nuestro ser, visión que hace que algunas personas coloquen estos versículos además en el marco de la puerta o dintel, a través de una mezuzá, que es una cajita que se ubica en ese sector con fragmentos de la Torá, para que ese rezo, básico del Shemá Israel, para algunos o en otros casos uno elaborado por un sofer o escriba, en un rollo contenga ese mensaje sagrado para ubicarlo allí.
La Mezuzá, מְזוּזָה o jamba de la puerta, regularmente tiene escrito dos versículos de la Torá en un pergamino sagrado que enrollado en una caja esta adherido a la jamba derecha de los pórticos de las casas cumpliendo así con un mandato del Creador o kasher. Así es como el sofer sigue cuidadosamente decenas de requerimientos como ejemplo el tamaño del pergamino, las dimensiones de las letras, las líneas que las limitan, la pluma que se usó para escribirla y otra serie de exigencias que determinan si el rollo es apto para su uso o no ya que allí se encuentra incluso el nombre del Creador que se inscribe al reverso.
Para algunos Judíos la mezuzá además les recuerda que fueron librados de la esclavitud de Egipto y la muerte de los primogénitos de ellos, cuando marcaron con sangre las entradas de sus casas, interpretación que para otras personas también significa la protección de nuestras residencias. La mezuzá puede ser otra forma de llevar al Creador en nuestro propio ser siendo orientados en todo y para todo por Él sabiendo que nos acompaña con su presencia y protección formando así a nuestras nuevas generaciones para que lean y relean los versículos Bíblicos en pro de la corrección de sus vidas.
Bella costumbre que algunos creyentes también tienen al colgar una mezuzá מזוזה, marco, lado, jamba, en la entrada de la casa, lo cual no tiene que ver con temas de suerte o agüeros, ni para distinguir un espacio público del privado sino sobre todo para recordarnos que el Creador debe acompañarnos en todo momento con sus preceptos y mandatos para que cada una de nuestras actividades y relaciones este acorde a su mirada la cual nos incita además a orar permanentemente para que Él nos guie en cada palabra, pensamiento y circunstancia de nuestro día a día.
Y aunque hay quienes prefieren colocar herraduras, matas de sábila y otra serie de elementos bajo criterios paganos, lo cierto es que aunque no vamos a criticar estos, si debemos comprender que nuestras espiritualidad se debe encontrar ligada al Creador, tanto, que nuestro cuerpo debe percibirse como templo de su Espíritu para todo y especialmente para que nuestros hogares estén consagrados a su Palabra, lo que no quiere decir que tengamos que colocar en el marco de la puerta, dicha mezuzá, más sí que sus mandatos hagan parte de esos deseos permanentes de mantenernos obedientes a la guía del Creador a través de Su Santo Espíritu.
El Texto de Textos nos revela en Juan 14:5, “Jesús le dijo*: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí”.
Oremos para que el Creador gobierne y permanezca en nuestros hogares.