¿Pensamos?
El Texto de Textos nos revela en Miqueas 3:7, “y serán avergonzados los profetas, y se confundirán los adivinos; y ellos todos cerrarán sus labios, porque no hay respuesta del Creador”.
Regularmente y de acuerdo a conocedores del buen funcionamiento de nuestro cerebro se asegura que no usamos sino un mínimo porcentaje de todas las potencialidades que tenemos en nuestros lóbulos cerebrales y por ende, solo desarrollamos una mínima parte de nuestra capacidad de pensamiento, frente a lo que se consideran infinitos conocimientos que podríamos adquirir y usar mejor, incluso si nos hiciéramos conscientes de dichas posibilidades y la verdadera utilidad de estos para mejorar nuestra calidad de vida.
Conocimientos que generan un lenguaje, el cual le da a cada letra una simbología especial, como es el caso de la reich hebrea, que representa la cabeza para quienes así lo quieren comprender y en su semiótica nos incita al buen uso de esta. Visión que nos proyecta que cada figura está asociada a un concepto de fondo, como el de aquel que ve en ese signo la visión de un jefe. No perdamos de vista que la cabeza es sede de la inteligencia, la voluntad y la conciencia y que allí en nuestras mentes se manifiesta una realidad.
Cabeza que puede expresar también una renovación de las cosas, ya sea por destrucción o regeneración, por lo que para los eruditos la figura original de dicha letra Reich, ר, muy parecida a la letra Bet, ב, pero más orientada hacia la izquierda, ella al abrirse como hacia el futuro nos llama vislumbrar una proyección de las fuerzas divinas, incluso del mismo universo que se suma con sus innumerables estrellas y planetas a nuestras ideas, lo que implica nuestra necesidad de tener control y límites. En nuestro idioma dicha r, rho, Ρ, ρ del griego, no tiene ese significado, ni el valor gematrico de 200, siendo Kaf: 20 o Bet, 2, lo cual simboliza además que el juicio juega para nosotros un rol importante.
Ciertamente los signos tienen diversos significados, por ello algunos hablan de un principio que contiene todo lo que procede de allí o hasta de una protección de esas fuerzas divinas que con sus leyes rigen el cosmos, por lo que quieres estudian sus trazos articulan estos a la luz que emiten las estrellas o las constelaciones y a todo lo que significa vivir en este universo, lo que implica como creyentes aceptando o no está mirada de los signos lingüísticos, un juicio que invita a ver en Su Palabra la luz de los mandatos que consolidan nuestro cosmos y así renovarnos a diario gracias a que tenemos nuestra mirada puesta en la Luz de nuestro Señor Jesucristo y su guía.
Al usar nuestra cabeza de mejor forma y lograr esa renovación y buen juicio encontraremos por ende no solo mejores racionamientos para así hablar, pensar o actuar de forma coherente al ser guiados menos por las emociones y ese cúmulo de sentimientos algunos de ellos adversos, que han cogobernado nuestros seres milenariamente y que nos han quitado ese sentido de trascendencia, para enfocar nuestras oraciones en la luz del Creador y con ello nuestras decisiones conscientes no sigan generándonos dolores de cabeza.
El Texto de Textos nos revela en I de Corintios 4:5, “así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza del Creador”.
Oremos para que nuestras razones estén orientadas por esas nuestras oraciones.