Mi Kabbala – Nisán 29, 5783/Jueves 20 de abril del 2023.

¿Ceñir?

El Texto de Textos nos revela en Job 38:40, “Cíñete ahora como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me responderás”.

La vida nos enseña a diario a ser moderados, a buscar la perfecta armonía de una creación en donde no caben los excesos, esos que en el día a día cogobiernan nuestro mundo mercantil egoísta en donde nadie quiere reducir sus gastos, como tampoco amoldar sus palabras cargadas de agresiones y conflictos. Y es que tampoco queremos el concretarnos a servir y ocuparnos de ser útiles a la obra creadora, por el contrario parece que estamos más que prestos a exigir y a querer ser servidos, por lo que desde esa mirada la Biblia nos invita a ceñirnos, a ajustarnos a que nos ajustemos a la Palabra del Creador. 

Desde aquellos antiguos días que nos relata la Biblia, los seres humanos antes de irse a las batallas, en estos casos los guerreros, se colocaban el casco, la armadura y tomaban su espada, lo que implicaba estar prestos para enfrentar al enemigo y para ello debían ceñirse los lomos, expresión que para algunos implica el ajustarse a las condiciones para las cuales Él mismo nos ha dotado, lo que significa una visión de fortaleza y confianza, lo que nos motiva a asumir toda la postura corporal y mental para cumplir con nuestros deberes y obligaciones espirituales por Él encomendadas. 

El concepto de ceñir desde la antigüedad se ha entendido no solo como llevar la túnica bien puesta, ajustada o sea abrochada con una faja sino también como el prepararse para cumplir con nuestras obligaciones entregando siempre nuestro mayor esfuerzo entendiendo que el Creador nos coloca esas tareas para las cuales nos otorgó habilidades y dones con el fin que seamos útiles a su obra, por lo tanto, al ceñirnos desde nuestros lomos estamos llamados a colocar lo mejor de nosotros en pro del bienestar general. 

Ceñir los lomos por lo tanto, no solo implica el recoger el exceso de tela de la túnica larga y ajustarla con el cinturón para que las rodillas queden expuestas sino a la vez al entendernos como soldados espirituales, que enfrentamos a diario una verdadera guerra con nosotros mismos, intentemos el no tropezar con todo lo que este mundo nos coloca como pruebas, para lo cual el verbo ceñir, en hebreo, azar אזר, nos resignifica el sujetar, sino y asegurar como otra forma de recordarnos a través de la raíz asar אסר encerrar, que salgamos de esa mente que como una ciudad amurallada está rodeada para su ataque. 

Lo que en términos generales nos invita no solo a batallar sino también a protegernos de los dardos del enemigo que disfrazados de deseos y engaños nos alejan de nuestros verdaderos propósitos. Por lo tanto como soldados de Jesucristo estamos llamados a ceñirnos a su Palabra, no solo para enfrentar esas diarias contradicciones a través del amor y del servicio, sino para que nuestra mente encerrada se proteja evitando el ser tocada por un pecado que disfrazado de deseos nos contamina. Siendo necesario ceñirnos con la armadura de la sabiduría divina que nos lleva a superar esos tiempos difíciles a través de la Palabra que es guía y consuelo para nuestra alma.

El Texto de Textos nos revela en Mateo 5:43, “Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. 44 Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen”.

Oremos para que vivamos ceñidos a la Palabra del Creador. 

Mi Kabbala – Nisán 29, 5783/Jueves 20 de abril del 2023.
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