Mi kabbala – Sivan 17 – domingo 23 de junio del 2024.
¿Corazón?
El Texto de Textos nos revela en Jeremías 10:10, “Yo, el Señor, sondeo el corazón y examino los pensamientos, para darle a cada uno según sus acciones y según el fruto de sus obras”.
En hebreo, la palabra corazón es lev, לב, que se escribe con las letras, lamed y bet, pero entendiendo estas como dos lameds, debido a que la letra bet, segunda letra del alfabeto, equivale numéricamente a la cifra dos, que requieren ser conectadas o estar cara a cara para que al dar la vuelta a la segunda lamed se enfrente esta a la primera formando la imagen del Corazón Judío, que es diferente al que los creyentes estamos acostumbrados a ver y que parece más una vasija para revelarnos una parte completamente nueva de nuestro ser en donde la letra lamed al ser la más alta de las letras nos reorienta.
Ello para ver el corazón como ese órgano a través del cual llegamos a ese concepto que representa esa forma de quebrar nuestras fronteras, de ir más allá de nuestro potencial, de entrar en el súper consciente a partir del consciente, logrando fruto de ese signo de lamed, ל, que simultáneamente nos propongamos aprender y enseñar, visionando en ambos conceptos entrelazados desde su esencia algo distinto y divino que debe tener toda relación para lo cual debemos estar dispuestos a aprender del otro, para convertirnos en receptores de algo más que de sentimientos, asumiendo que el recibir, implica dar, נְתַן, nethan.
Lamed, al quebrarse en otras tres letras desde su parte superior, como una yod, י, la más pequeña de las letras hebreas, representa la cabeza y nos invita a amar con la mente, el intelecto y también el rostro. Por lo cual cuando se nos pide que cuidemos nuestros corazones, se nos está invitando a que seamos honorables, visión que se describe como yashar-lev, sincero, para que lev, va-lev, nos lleve de un corazón a otro corazón, una especie de corazón doble uniéndonos al Creador para que igualmente seamos valientes, amitz-lev, logrando así un corazón poderoso en donde tengamos mucho cuidado de ser obstinados, kashe-lev, o de corazón duro, arrogantes, gevah-lev de corazón elevado.
La Biblia como guía para nuestras vidas, nos motiva constantemente a mantener nuestro corazón dispuesto gracias al amor del Creador y para ello se nos presenta como molde el lograr ese corazón de David, דָּוִיד, ejemplo que no solo de lo que debe ser nuestra confianza en Él sino en ser como Él personas valientes, de corazón poderoso. Lo que significa de alguna forma que aunque cometemos errores, si mantenernos abiertos de corazón, el cual bombea sangre a todo nuestro ser, como señal de vida, dispuestos a seguir los preceptos y mandatos del Creador para que podamos mantenernos cerca de Él.
Desde esa mirada, Elul gracias a alef, א, puede representar al Creador, lo cual seguido de lamed por estar conectada con vav, nos invita como creyentes a mantener esa perspectiva de ese corazón judío, el cual nos da además una idea del verdadero amor, el mismo que implica una totalidad de conexión, símbolo del por qué fuimos creados y qué es lo que debemos lograr, siendo la Torá el plano de la creación y el manual de cómo debemos conectarnos con la divinidad, por lo que allí en ese rollo original, se plasman las enseñas que al final encajan con el principio rector de todo: amar al Creador.
El Texto de Textos nos revela en Mateo 6:21, “Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón”.
Oremos para lograr un corazón conforme a los mandatos del Creador.