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Mi Kabbala – Sivan 24 – domingo 30 de junio del 2024.

¿Traducimos?

El Texto de Textos nos revela en II de Reyes 1:8, “Tomando entonces Elías su manto, lo dobló, u golpeó las aguas, las cuales se apartaron a uno y otro lado, y pasaron ambos por lo seco”.

Todo nos da luces al respecto del Creador y esos símbolos hacen parte según algunos creyentes del No Tankón, moda, que se fue convirtiendo en costumbre y que se reconoce como acrósticos, los cuales consisten en crear palabras nuevas a partir de las letras iniciales o finales que componen una frase. Desde otra mirada, pero con la misma visión, quienes hablan de la Temurah, תְּמוּרָה, aseguran gracias a esa práctica de sustituir una letra por otra o por un número o por otras combinaciones ya predeterminadas, la posibilidad de encontrar nuevos significados para interpretar un texto. 

Se cree por ello que nuestras Sagradas Escrituras nos presentan a través de sus versículos una serie de Tzirufim o tejido de símbolos, que con sus imágenes, צִיר, tsir, representan una serie de frases con contenidos divinos paridas lógicamente de esa Su iluminación, así que fruto de esos signos lingüísticos y gracias al alfabeto original Hebreo, todo nos reitera que nuestro Creador generó todo lo que existe desde sus palabras y por ende nuestras vidas se recrean en ellas, lo que implica que en todo hay manifestaciones divinas que nos llaman a acercarnos más a Él.

Signos, אות, señales, que al contener expresiones divinas nos orientan y aunque para algunos sus mensajes parecen secretos u ocultos, cual instrumentos misteriosos, todas esas luces nos ayudan a comprender mejor las fuerzas que gobiernan nuestro universo y por ende recobrar a través de nuestro confuso lenguaje esa armonía perdida, tema, que parece bastante complejo de asimilar, tanto, que algunos detractores lo califican como especulaciones, más lo cierto es que con o sin la ayuda de estas fuentes de estudio, debemos buscar entender su Palabra, la misma que cual acrósticos está plagada de estos signos y símbolos que como señales redundan en invitarnos a amarnos y a sabernos parte.

No se trata entonces de convertirnos en expertos en esas u otras visiones de vida como si en permitirnos que cada una de las letras, signos o números con los que nos comunicamos a diario nos proyecten esos imaginarios divinos a los que podemos acceder gracias simple y llanamente a dejarnos guiar por el Espíritu del Creador a través de la relectura de esa Su Palabra para que igual a quienes han dedicado sus vidas a los estudios de estas combinaciones sígnicas tanto horizontales, verticales como diagonales reconozcamos nuestro pecado, אָשָׁם asham, y así reorientemos nuestras vidas.

Como creyentes todas las emanaciones de nuestro Creador están a nuestro alcance gracias a nuestro Señor Jesucristo quien aunque nos hablaba en parábolas, מָשָׁל, mashal, lo hacía para confiáramos más allá de lo que nos dicta nuestra razón la misma que también puede acercarnos a Él reconociendo que solo necesitamos de esa fe para reencontrarnos con Él a través de Su obra, visión que va más allá de conceptos de tiempo y espacio como a la vez de nuestros límites y decodificaciones finitas lingüísticas nos incita a amar.

El Texto de Textos nos revela en I de Corintios 10:32, “no seáis tropiezo ni a judíos, ni a gentiles, ni a la iglesia del Creador, 33 como también yo en todas las cosas agrado a todos, no procurando mi propio beneficio, sino el de muchos, para que sean salvos”.

Oremos para que cada letra nos de luces de su guía.