
Mi Parashá – Génesis 18:12
Este versículo expresa la reacción de Sara cuando escucha la promesa divina de que tendrá un hijo en su vejez. Su risa refleja una mezcla de asombro, duda y quizás incredulidad, lo que puede simbolizar una respuesta humana natural ante un milagro que parece imposible. La expresión “se rió para sí misma” (וַתִּצְחַק שָׂרָה בְּקִרְבָּהּ – vatitzchak Sarah be-kirbah), que literalmente significa “se rió dentro de sí misma”, denota que esta reacción es íntima y refleja sus emociones y pensamientos más profundos.
La palabra “placer” (עֶדְנָה – edná), que Sara utiliza en la frase “¿tendré placer?” (אַחֲרֵי בְלֹתִי הָיְתָה־לִּי עֶדְנָה – acharei veloti haytah li edná), puede interpretarse como un deleite asociado al concepto de Biná (Entendimiento) en la cábala, que representa la energía femenina que nutre y da forma a la vida. La pregunta de Sara sobre si aún puede experimentar placer sugiere una duda acerca de si su capacidad para manifestar la bendición de la vida sigue intacta.
La expresión “mi señor ya es anciano” (וַאֲדֹנִי זָקֵן – va’adoni zaken) muestra el respeto y reverencia de Sara hacia Abraham. En la Cábala, Abraham está asociado con la sefirá de Jesed (Misericordia), mientras que Sara se relaciona con Biná. La combinación de estas dos sefirot es esencial para el flujo de energía creativa y la manifestación de las bendiciones divinas.
El valor numérico de la palabra “risa” (צְחִיקָה – tzeḥiká) es 198, que puede descomponerse en 100, representando la plenitud, y 98, un número que se asocia con desafíos y pruebas. La risa de Sara refleja la tensión entre aceptar la posibilidad de un milagro en medio de lo que parece imposible.
Este versículo resalta el poder divino para desafiar las expectativas humanas. La risa de Sara refleja tanto su asombro como su incredulidad ante la promesa de tener un hijo en su vejez. Sin embargo, desde la perspectiva cabalística, esta risa también es una expresión de liberación interna y un reconocimiento inconsciente de que lo divino puede obrar milagros más allá de las limitaciones físicas.
La gematría del versículo subraya la importancia de la transformación interna. El “placer” que menciona Sara no es solo físico, sino también espiritual, relacionado con la capacidad de recibir y manifestar las bendiciones divinas a través del entendimiento y la misericordia. En última instancia, este versículo nos invita a reflexionar sobre la posibilidad de abrirnos a la manifestación de lo divino en nuestras vidas, incluso cuando parece improbable o imposible.



