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Mi Parashà – Génesis 5:17

La longevidad de Jared, quien vivió novecientos sesenta y dos años, se destaca como una vida notablemente larga incluso en el contexto de los patriarcas antediluvianos, indicándonos una vida rica en experiencias espirituales y con un gran impacto desde esa dimensión en los entornos en los que habitó.

Jared, al ser el padre de Enoc, jugó un papel crucial en la continuidad de la línea espiritual que llevaría a figuras claves como Noé. Por ello, el número 962 debe ser visto como una combinación de diferentes energías espirituales: el número 9 nos habla de verdad y plenitud; el 60, de madurez y responsabilidad espiritual; y el 2, de la dualidad y la unión.

Si sumamos los dígitos 9 + 6 + 2, obtenemos 17, un número asociado con la bondad (טוב, “Tov”), que representa algo bueno y completo, sugiriendo que la vida de Jared fue vista como buena y completa a los ojos del Creador, marcada por la bondad y la justicia.

Además, 960, restando los 2, es un múltiplo de 240, que en gematría es el valor de “רעה” (Ra’ah), que significa “pastor” o “compañero”, lo que nos sugiere que Jared fue un guía espiritual, un pastor para su familia y su comunidad, asegurando que los valores y la sabiduría fueran transmitidos a las generaciones futuras.

Así es como la vida de Jared logró una alta realización espiritual, marcada por la sabiduría, la justicia y el equilibrio entre lo espiritual y lo material. Es una invitación para vivir una vida completa y significativa, llena de propósito espiritual, cumpliendo así la misión en la tierra y dejando un legado duradero de bondad y sabiduría.

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